Madrugadas frías de recuerdos tiernos, cálidos,inolvidables.

Ellos se entrometen invadiéndome de fantasías vividas.

El rose de tus labios en los míos esos besos compartidos.

Los recorridos de las manos creando mágicamente placer en nuestra piel.

Reconocernos en cada encuentro con devoción, intensidad de la primera vez.

Escalamos sierras, montes, empinadas montañas.

¡siempre unidos!

Cómplice de goces exquisitos sin mezquindad

Cabalgábamos hasta las estrellas nos guiaba la intuición.

La cascada desembocaba en un lago placido donde recuperábamos el aliento.

Esas uniones han sembrado los fascinantes recuerdos.

Confluencia de dos almas que solo se acoplan para viajar sin destino.

¡sin brújula, sin timón!

CAL.COR