Llovía torrencialmente aquella noche sobre la ciudad y sus alrededores, una tormenta que ya llevaba un par de días. Para empeorar la situación, un fuerte apagón dejó sin energía eléctrica a toda la zona. Muchos medios de comunicación no funcionaban y solo existían las redes sociales, para aquellos teléfonos que tenían el celular cargado, el rumor era que el apagón era generalizado, y que afectaba quizás a todo el país, e incluso países limítrofes. Por el apagón y la tormenta, la ciudad estaba paralizada.
En medio de aquel contexto, Carlos Matías Sandes, el Basquetbolista, Quesón y Asesino, se encontraba en su departamento, solo le quedaba dos hormas de Queso, dos hormas gigantescas, de un tamaño descomunal, imposible de describir con palabras, dos Quesos Emmenthal. Rodeado de velas, ante la falta de electricidad, el basquetbolista, con sus dos metros y dos centímetros de altura, sus enormes pies talle cincuenta y dos, sus ciento cuatro kilos de peso, el basquetbolista, con sus gigantescos pies descalzos desplegados sobre la mesa, con guantes negros, cortaba con el machete el Queso y lo iba devorando, se comía el Queso como un ratoncito, se lo fue devorando de a poco.
Cuando terminó totalmente de comer la primera horma de Queso se paró, quedaba el segundo Queso sobre la mesa, entonces agarró el machete con sus guantes negros, lo levantó con sus manos, y dijo:
- ¡Ahora que Lady Dumitrescu regresó con su esposo ya nada ni nadie podrá detenerme! ¡Mora Godoy te quesonearé! (1)
Con un fuerte golpe de machete, como las que realiza para asesinar a sus víctimas, a las mujeres a las que asesina en forma cruel y violenta, el asesino partió el Queso en dos con una furia inusitada mientras gritaba:
- ¡Queeeesssssssooooooooooooooooooooooo!
El Queso quedó partido en dos, Carlos agarró las dos mitades del Queso, y las puso sobre sus pies, parándose encima, el pie derecho sobre una mitad y el pie izquierdo sobre la otra mitad, Carlos entonces levantó el machete y lo levanto como un trofeo que ganaba en el básquet, el asesino volvió a gritar:
- ¡Queeeesssssssooooooooooooooooooooooo!
Justo en ese momento, regresó la electricidad, la luz volvió de golpe, y la ciudad que estaba a oscuras, se iluminó nuevamente.
- Se hizo la luz, se hará el Queso – dijo Carlos y gritó otra vez con furia - ¡Queeeesssssssooooooooooooooooooooooo!
En aquel instante, golpearon la puerta de departamento de Sandes, el basquetbolista respondió al llamado y abrió la puerta.
- Buenos días, señor Sandes, soy Mica, la vecina del departamento.
- ¿Qué queres, nena? – le preguntó Sandes.
- Al regresar la luz creo que una fuerte corriente eléctrica ha quemado mis electrométricos, ¡Estoy desesperada!
- No te preocupes más nena, no vas a necesitar más estos electrodomésticos.
- ¿Porqué no los voy a necesitar?
- Por esto nena, por esto – dijo Carlos.
El asesino levantó el machete y ¡zas! le cortó el cuello a su vecina.
- ¡Aaaaajjjjjjjjjjjjjjjjjjjj! – gritó la vecina mientras era ferozmente herida en el cuello.
Con gran rapidez, el asesino le asestó una segunda herida, que le atravesó todo el cuerpo desde el cuello a la cintura, y una tercera, similar, pero desde la cintura al cuello. No fueron necesarias más heridas, la sangre se dispersó por todos lados, Carlos entonces le tiró el Queso a su asesinada vecina.
- Queso – dijo con frialdad Carlos Matías Sandes.
El asesino limpió la escena del crimen, metió el cadáver de su víctima en una bolsa de dormir, con el Queso incluído, y lo guardó en su camioneta, la camioneta de la muerte, como aquella camioneta de guardar hielo, que aparece en la primera temporada de Dexter, y que asesinaba mujeres en forma cruel y sanguinaria.
- Vampirizada, quizás le sirva a la Marquesa de Avila, para su prostíbulo, ja, ja – dijo Carlos Matías Sandes riéndose con sarcasmo.
Con la tormenta finalizada y la energía eléctrica reestablecida, la vida en la Ciudad retomaba poco a poco su normalidad, al menos la normalidad habitual de un día no laborable. El basquetbolista estuvo atento a las noticias.
- Las autoridades anuncian que la gala en el Teatro Colón, donde participaran varias figuras, entre ellas Mora Godoy, en homenaje a la Marquesa de Toledo, se realizará en el horario que estaba previsto, ante el restablecimiento de la energía eléctrica y la mejora de las condiciones climáticas – dijo un escueto comunicado, emitido por el intendente de la Ciudad, una extraña versión viviente del Joker, el villano de Batman.
Sandes se preparó entonces para la cita, se bañó, se aseo, aunque no se lavó los pies, al contrario, en vez de ponerse talco en los pies, se puso Queso rallado, y mucho Queso en hebras, mucho Queso, algo común y habitual en los Quesones, y luego se puso unas medias malolientes, repletas de un olor asfixiante y penetrante. Se puso los guantes negros nuevamente, y agarró el machete, iba a agarrar el Queso, pero… se le terminó el Queso.
- Vaya vaya, entre todo el Queso que como y los que tiró en los asesinatos me quedé sin Queso, ja, ja, tendré que ir a la Quesería Carlos, la proveeduría de los Quesones.
El basquetbolista tomó su camioneta y pasó por la famosa Quesería. Lo atendió Carlos Sebastián Beneitez, el Quesón de Pehuajó (2), de guardia aquel día no laborable.
- Hola Carlos, ¿Te quedaste sin Queso? ¡Ja, ja! – le dijo Beneitez.
- Así es mi amigo Quesón – señaló Sandes – tenía como treinta hormas, pero muchos asesinatos últimamente, después de quesonear a una mina, para recobrar energía, me comó una horma entera de Queso, o sea que por cada asesinato, entre el Queso que tiró y el que me comó, sin mínimo dos Quesos.
- Eso nos pasa a todos los Quesones – dijo Beneitez.
- No te veo muy activo últimamente.
- Todo lo contrario. Siempre estoy activo, aunque mis asesinatos no tengan tanta fama.
- La leyenda urbana dice que asesinaste muchas veces a la misma mina, la Quesona tatuada, la que aparece y desaparece en Instagram, dicen que siempre vuelve pero su karma es que vos la asesines siempre, a lo largo del tiempo, de los siglos.
- Así es, es el Karma de Ravelia (3), ja, ja – dijo Beneitez – bueno Carlos, dado que para un Carlos no hay nada mejor que otro Carlos, ¿Cuántos Quesos queres?
- Dame treinta hormas de Queso, quince de Gruyere y quince de Emmenthal, y algunas bolsas de Queso Rallado, para los pies, ja, ja.
Con ayuda de Beneitez y otro Quesón que se sumó, Carlos Costa (Charly el 22) (4), metieron todos los Quesos en la camioneta. Al hacerlo descubrieron el cadáver de la vecina asesinada de Carlos Sandes.
- ¿Asesinaste a esa mina? – le preguntó muy curioso Carlos Costa.
- Sí, hoy la asesiné, cuando volvió la luz. Creo que vampirizada le puede servir a la Marquesa de Avila, para su prostíbulo, ahora se dedicará a full a eso, despues de que Lady Dumitrescu regresó con Orlok, a Transilvania.
- La extrañaremos mucho a Dumitrescu – dijo Beneitez – pero esta feliz con Orlok, despues de tanto tiempo, y que ella esta feliz nos debe poner felices a todos.
El basquetbolista se llevó el pedido y pasó por el Prostíbulo de la Marquesa de Avila, ubicado en un selecto lugar de Puerto Madero, nadie podía imaginar que aquel edificio de lujo, frecuentado por políticos, empresarios, deportistas y famosos en general, era en realidad un prostíbulo de alta alcurnia. El rumor era que clones de famosas ya asesinadas y quesoneadas trabajaban ahí. Otra leyenda urbana.
Sandes agarró la bolsa de dormir donde estaba el cadáver de la vecina a la que había asesinado y lo tiró en un callejón al lado del edificio. La Marquesa de Avila lo espío, Sandes ya se iba cuando se dio cuenta que la Marquesa lo estaba mirando. La española, dueña de aquel edificio gracias a una donación de Don Emilio Hardoy, salió al encuentro del basquetbolista.
- ¿Cómo le va Marquesa?
- Veo que estas quesoneando mucho últimamente, Quesón.
- Así es, soy un Quesón, y mi destino es quesonear minas y tirar Quesos. Tarde en entenderlo, me negué y resistí a hacerlo, a diferencia de mi amigo Carlos Delfino, que empezó a asesinar a los diecisiete años y nueve meses, cuando aún era menor de edad, yo recién cometí mi primer asesinato a los veintiocho años, pero desde entonces no paré de asesinar.
- ¿La vas a quesonear a Mora Godoy, verdad? – la Marquesa de Avila siempre vía más alla de lo visible.
- ¿Qué me lo impide? – dijo en tono desafiante Carlos Matías Sandes – Si no lo hago, otro Quesón, quizás Carlos Gonella o Carlos Kramer, se me adelanten, se que ellos también quieren asesinarla. O peor aún, que Carlos Melia vaya y le meta un par de balazos, o que lo haga Carlos “el Bebe” Contepomi.
- Tenés razón, Carlos, cuando tenes razón, tenes razón. Perfecto. Con Dumitrescu en luna de miel con Orlok, y disfrutando de su amor como nunca, no se veían desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, ya no existe esa protección. Pero quiero algo a compensación, hoy Godoy estará en el Teatro Colón, y esa gala la hacen en honor a la Marquesa de Toledo.
- ¿La Marquesa de Toledo?
- Sí, mi gran rival en los días de la Guerra Civil Española. Yo era republicana, ella era franquista. Cantaba y bailaba para el bando nacional, era la ramera más importante que tenían los fascistas, la quiero muerta.
- Pero pasaron muchos años, esta no puede ser la Marquesa de Toledo, ya debe haber muerto, no creo que haya sido vampirizada.
- No, no lo fue, no le dio el cuero para ser vampira, prefirió ser la amantre preferida de todos esos fascistas, no de Franco, a ese hijo de puta no le gustaba el sexo, solo lo hacía de vez en cuando con su casi casta esposa, la Marquesa murió de vieja, en los años 90, hija de una gran puta, no pago con su sangre el daño que me hizo. Pero lo harán sus descendientes. Es el karma. Esta Marquesa de ahora es su nieta – dijo la Marquesa de Avila – sigue su linaje, la quiero muerta.
- Comprendo, Marquesa, comprendo.
- Tirale un Queso Carlos, hacelo, quiero su cabeza, ¿Me entendes, su cabeza?
Justo en ese momento el Comisario Miguel salía del prostíbulo de lujo de Puerto Madero, la Marquesa le dijo:
- ¿Ya se va Comisario?
- Sí, tengo una bronca – dijo el Comisario – Justo me llamó el Joker, el Guasón, el intendente de la Ciudad, quiere que sea el jefe del Operativo en la Gala del Colón. Yo ya me tendría que jubilar y hacer como Dumitrescu, irme a vivir a Europa, al Lago Di Como, en el norte de Italia ¿Dígame Marquesa, es cierto, que en el prostíbulo tienen un clón de la quesoneada Andrea Frigerio?
- Perfecto – dijo la Marquesa – Mejor imposible. ¿Lo de Andrea Frigerio? Ja, ja, mire si va a ser un clón, sí es una chica que se le parece mucho.
La Marquesa regresó a su prostíbulo, el Comisario Miguel se fue a trabajar al Teatro Colón, y el Basquetbolista también fue ahí. El Operativo de Seguridad fue enorme, solo las personas autorizadas por el mismísimo Intendente Joker ingresaban a la fastuosa gala. Sandes temió que no lo dejaran entrar, pero sacó una vieja figurita suya, sí, una figurita suya, de cuando jugaba en el Fuenlabrada, de España.
- ¿Una figurita? ¡No puede pasar! – le dijo uno de los custodios.
- La Marquesa de Toledo es la principal accionista del Fuenlabrada – dijo el Oficial Carlos Gabriel Cáceres – pase, Sandes, pase.
El basquetbolista ya estaba adentro, se fue acercando a los camarines, sabía que Godoy tenía uno. Vio a muchos famosos a su alrededor que también participarían de la gala, como el payaso Piñón Fijo, Sebastián Yatra, el famoso Pepito Cibrián que haría un homenaje a su padre, el gran Pepe Cibrián, con un recitado español, el Sexteto España, muchas figuras más y la mismísima Marquesa de Avila.
- ¿Usted aca? – dijo sorprendido Carlos.
- Por supuesto Carlillos, je, je, no podía estar ausente, iban a venir Los Nocheros, pero debido a los últimos escándalos, les cancelaron el contrato, yo seré la reemplazante, ja, ja, actuaré como soporte en la previa, algo es algo.
La sala del Colón ya estaba llena pero la Marquesa de Toledo aún no llegó, tras unas breves palabras del Intendente Joker, la Marquesa de Avila abrió el espectáculo como “telonera” cantando sus canciones más populares “Ay Maricruz”, “Ojos Verdes”, “La Lirio”, “Córdoba soberana”, “La Bien Paga”, etc, etc.
Carlos Matías Sandes ya iba a ingresar al camerino de Mora Godoy, mientras en un bolso llevaba el Queso y el Machete, ya estaba por abrir la puerta, cuando de repente, ante el, y en forma sorprendente apareció Sebastián Yatra, el cantor.
- ¡Vos sos el asesino de Tini Stoessel! (5) ¿Pensas que vas a poder
- No solo asesiné a Tini Stoessel, aunque la asesiné con Carlos Delfino – dijo Sandes – también asesiné a otras mujeres, a muchas mujeres, la lista es interminable, Yatra.
- Ya no asesinarás a más nadie, lo siento Quesón, pero hoy tu reinado de Sangre y Queso ha llegado a su fin – dijo Yatra, que sacó una espada, y parecía dispuesto a atacar a Sandes, se fue acercando a el.
Sandes retrocedió, no sabía que hacer, era Quesón y no podía asesinar a un hombre, Yatra se iba acercando a el en forma amenazante, el basquetbolista entonces levantó sus piernas, como un judoka, levantó sus pies, y rápidamente puso sus enormes pies sobre el rostro de Yatra, que no pudo aguantar el olor y cayó desmayado.
- Maldita sea. Necesitaría el auxilio de una Quesona, que se encargue de este pelotudo – pensó Carlos Matías Sandes.
- Lo tendrás – dijo una voz femenina.
Sandes se dio vuelta, junto a el estaba la mismísima Carla Conte, muy bien vestida.
- El pelotudo del Intendente Joker me invitó, ja, ja, tranquilo Carlos, entra al Camerino de Godoy, yo me encargó de Yatra.
Sandes vio con cierto temor la presencia de Conte, había oído que la Quesona había intentado asesinar a su amigo Carlos Lampe, pero no estaba de condiciones de despreciar la ayuda de nadie, y sin dudarlo, entró al camerino de Mora Godoy.
Yatra quedó desmayado afuera, sobre la puerta del camerino, Carla Conte puso sus pies encima del cantor colombiano, que había quedado desvanecido ante el olor a Queso de Carlos Matías Sandes. Yatra olió los pies de Carla Conte, que no olían fuerte, sino a perfume francés, una fragancia muy atractiva, el cantor regresó en sí, y tenía sobre el a Carla Conte.
- Hola Sebastián – le dijo Carla.
- ¿Quién sos?
- No importa, te daré el amor que te pudo dar Tini Stoessel.
- La asesinaron, y ese es el asesino – dijo Yatra - ¿Dónde esta? ¿Qué paso?
- No importa donde esta ni que paso, Sebastián, importa el amor que te voy a dar, aquí y ahora.
Yatra no pudo resistir los encantos amorosos de Carla Conte, se le produjo una erección, y luego de que Carla lo acariciara y le chupara la pija, la penetró con mucha pasión y suavidad. Al terminar, Sebastián quedo tan contento y relajado que bajó la guardia. Carla entonces sacó un puñal y…. ¡Aaaaaajjjjjjjjjjjjjj! Se lo clavó en el cuello, Yatra agonizaba con aquel puñal clavado en el cuello, pero Carla no quería sorpresas, y sacó un revolver con silenciador ¡Bang! un solo disparo en la frente de Sebastián Yatra alcanzó.
- Queso – dijo Carla Conte, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Sebastián Yatra.
Mientras tanto, Carlos Matías Sandes ingresó al camerino de Mora Godoy.
- Buenas tardes Carlos – le dijo Mora – te estaba esperando, sabía que vendrías.
- ¿En serio? – dijo Carlos y puso su pie sobre el rostro de la bailarina.
- Ja, ja, estoy preparada – dijo Mora, y sacó un gran puñal – esta vez no escaparas – Mora le tiró el puñal a Sandes pero esta lo esquivó con un movimiento típico del básquet, aunque le rozó el cuello, y el puñal quedó clavado en la pared.
- ¡Oh, no! – dijo Mora - ¡No me gustan las armas de fuego, pero no tengo alternativa!
- A mí tampoco me gustan las armas de fuego – dijo Carlos Sandes – mientras tenía el Queso en sus manos.
Mora Godoy ahora tomó un revolver y disparó a Sandes, pero el basquetbolista usó el Queso como un escudo, y aunque Mora Godoy descargó seis balazos sobre Sandes, solo fueron seis agujeros más en el Queso. Y ya sabemos, el Queso tiene tantos agujeros que uno más no se le va a notar.
- ¡No, no, no! – empezó a gritar desesperada Mora Godoy.
- Hoy intentaron asesinarme dos veces, no es la primera vez que pasa algo así, je, je, se nota que es mi karma, ja, ja – dijo Sandes, machete y Queso en mano.
Mora, desprotegida y desarmada, parecía aún más empequeñecida ante los 2,02 metros de Carlos Matías Sandes, sus pies talle 52 (que parecían ahora un talle sesenta) y sus 104 kilogramos de peso. El basquetbolista agarró el Queso y lo tiró sobre Godoy. Entre el golpe y el susto, Godoy quedó desvanecida. Sandes aprovechó y la ató.
Sandes agarró una manguera y bañó a Godoy, que al recibir el agua, regresó en sí. Entonces el Basquetbolista puso sus enormes pies sobre el rostro de Mora, que los olió, chupó, besó y lamió una y otra vez, el olor a Queso era impresionante, un olor a Queso asfixiante, penetrante, sofocante.
Aterrorizada, su culo le daba la espalda a Sandes. El basquetbolista le metió la manguera en el culo, una tortura impresionante, despues le dio latigazos usando la manguera como látigo, le aplicó una serie de patadas, agarró una pelota de básquet y se la metió en el culo, después la acarició por todo el cuerpo, con las manos, el Queso, y el machete, la cogió por el culo, con el Queso, los pies, con fuerza e intensidad, después la cogió con la pija, con fuerza e intensidad, la penetró por el cuelo y la vagina, al terminar, Mora Godoy quedó hecha una piltrafa humana.
- Me gustaría ahora ser como mi amigo Carlos Leonel Schattmann, y asesinarla con varias armas ninjas, pero seré fiel a mi estilo, usaré el machete. Será una muerte lenta.
Carlos agarró el machete y le dio un brutal corte en la espalda, la sangre se desparramó por todos lados. El asesino entonces le dio brutales machetazos, pero no en el cuello, ni en el cuerpo, sino en las piernas, hasta desprenderles las piernas a Mora, que gritaba de dolor, los gritos eran impresionantes, pero nadie los escuchaba, porque en la sala del Colón, interpretaban la Opera “Rigoletto”
Carlos entonces, siempre con el machete en mano, ahora sí atacó a machetazos el cuerpo y el cuello de Godoy, las heridas fueron impresionantes, y tras darle machetazo tras machetazo, la decapitó. Con el cadáver mutilado de Mora Godoy, Carlos Matías Sandes agarró el Queso y lo tiró encima.
- Queso – dijo Carlos Sandes.
Mientras todo esto sucedía, Carla Conte acababa de esconder el cadáver quesoneado de Sebastián Yatra, la Quesona regresaba a la Función de Gala del Colón, mientras todos esperaban a la Marquesa de Toledo, cuando fue sorprendida por Matías Martín, sí, el ex conductor de “Locos x el Fútbol” (y otros programejos), devenido ahora en un (mediocre) comentarista de fútbol.
- ¡Carla Conte! – dijo Matías Martín.
- Hola pibe, ¿Qué haces?
- ¿Sabes una cosa Carla? Estoy pensando en hacer una remake de “Locos x el Fútbol” y pensé en vos para que seas la co-conductora.
- Mirá que casualidad, yo también pensé en vos, pero para quesonearte.
- ¿Quesonearme?
- Sí, quesonearte.
- ¿Qué es esto?
- Esto.
Carla Conte se desnudo ante Matías Martín, y se tiró encima del conductor, poniendo su pie sobre el rostro, Martín comenzó a chupárselos, ella lo acariciaba, le hacía cosquillas en todo el cuerpo, empezaron a coger, cogieron con pasión, fuerza e intensidad. Matías Martín, contento y relajado, quedó en un costado, como extasiado ante el placer que le había hecho sentir Carla, dijo:
- ¿Y ahora Carla?
- Ahora morirás pedazo de pelotudo – dijo Carla Conte.
La asesina extrajó un arma ninja, cortante, una shuriken, las estrellas ninja, y le tiró una a Matías Martín que se le clavó en el cuello, otra en la pierna, y otra en el pecho, para rematarlo, la asesina sacó la sais, el puñal de tres puntas, y se lo clavó en el cuello, el cadáver de Matías Martín, ensangrentado, quedó ahí, en aquel oscuro y perdido rincón del Teatro Colón.
- Queso – dijo Carla Conte mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Matías Martín.
Por su parte, con la misión cumplida, el basquetbolista salió del camerino, se mezcló entre los famosos invitados, se armó gran revuelo, la Marquesa de Toledo ya estaba por llegar. La Marquesa de Avila se cruzó con el basquetbolista, y le dijo:
- ¿Ya te distes el gusto con Mora Godoy, no? Como la quesoneaste. Espero que Carlos Regazzoni pueda hacer algo con lo que quedó. Ahora, Carlillos, recuerda, quiero la cabeza de la Marquesa de Toledo.
- No será fácil, hay mucha custodia.
- El jefe de la custodia es el Comisario Miguel – dijo la Marquesa.
- Yo te voy a ayudar – dijo Carla Conte, que regresaba de asesinar a Sebastián Yatra y a Matías Martín.
La Joven Marquesa de Toledo descendió de un auto, a los costados de ella, dos empleados de seguridad la custodiaban, eran dos hombres, uno era el actor Federico Salles y el otro era Matías Mayer (6). Los dos custodios rodeaban a la Marquesa de Toledo, que triunfante ingresó al Teatro Colón.
Claro que la zona de ingreso, justamente el lugar de la entrada, se convirtió en una zona liberada por orden del Comisario Miguel, por lo tanto, en un rápido movimiento, y comportándose como Elektra, la asesina de Marvel Comics, Carla Conte se puso detrás de Salles…
- Raaaaaajjjjjjjjj – Carla Conte le clavó la sais a Federico Salles.
Mayer, el otro custodio, intentó reaccionar, pero Carla Conte fue más rápida….
- Raaaaaajjjjjjjjj – Carla Conte le clavó la sais a Matías Mayer, atravesándole el cuello.
- Queso – dijo Carla Conte mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Federico Salles.
- Queso – dijo Carla Conte al tirar el Queso sobre el cadáver de Matías Mayer.
La Marquesa de Toledo se vio sorprendida y aterrorizada ante el ataque a sus custodios, tan salvajemente asesinados por Carla Conte, pero no tuvo tiempo de reaccionar, ni de hacer nada, pues ante ella estaba Carlos Matías Sandes.
- Qué hermoso collar que tiene Marquesa – dijo Carlos, y le tocó el collar que le rodeaba el cuello – pero más hermoso será fuera de su cuello, estimada Marquesa.
- ¡Socorro! ¡Auxilio! – empezó a gritar desesperada la Marquesa de Toledo.
Mientras lo hacía Sandes blandía el machete y…. le cortó el cuello, otro feroz machetazo, otro, otro, y le arrancó la cabeza a la Marquesa de Toledo.
- Queso – dijo Carlos Matías Sandes, mientras tiraba el Queso y guardaba la cabeza de la Marquesa.
El asesino y la asesina se vieron rodeados de un grupo de policías, pero estos estaban liderados por el Oficial Carlos Gabriel Cáceres que dio una orden precisa:
- Simulemos que nos han vencido con golpes mientras en realidad huyen.
En efecto, los policías protegieron la salida de Carla Conte y Carlos Matías Sandes. La asesina se fue sin dejar rastro alguna, mientras el asesino le entregó la cabeza de la Marquesa de Toledo a la Marquesa de Avila.
- Gracias Carlillos, gracias… ¡Viva España! ¡Viva la República! – gritó la Marquesa con el puño en alto recordando aquellos días de 1936, en la Defensa de Madrid - ¡No pasarán! ¡No pasarán!
Gran revuelo se armó en el Teatro Colón, no obstante la gala no se suspendió, la representación de Rigoletto finalizó, Pinón Fijo hizo su espectáculo y Pepito Cibrián hizo el recitado español, y cuando volvió a recitar aquel discurso que hizo en el Congreso de la Nación sobre los “maricas”, el público lo ovacionó de pie.
- ¿Qué paso con la Marquesa de Toledo que no ha llegado? – preguntó el Intendente Joker, ajeno a todo.
- No vendrá. Tuvo que regresar urgente a España – dijo el Comisario Miguel, muy tranquilo.
- Que pena, se perdió este espectáculo. Lo de Pepito Cibrián fue fabuloso. Y qué bueno que Carlos Regazzoni también este en el público.
- Menos mal que Regazzoni ya limpió “todo” – le dijo el Comiasario Miguel a la Marquesa de Avila.
Entonces, el Intendente Joker se acercó a la Marquesa de Avila:
- Dicen que en su prostíbulo hay clones de quesoneadas y quesoneados, hay menú para todxs, hombres, mujeres, gays, lesbianas, transexuales, je, je.
- Es una leyenda urbana, señor Intendente, je, je, pero si tenemos un menú muy amplio y variado, para todxs, je, je.
- Como intendente de la Ciudad, estoy orgulloso de tener un Prostíbulo de esta jerarquía, atraerá el turismo, será una fuente inagotable de visitas.
- Gracias señor Intendente, esperamos su presencia, nos honra con sus halagos.
- Visitaré el Prostíbulo, Señora Marquesa, y aunque usted es española la nombraremos “Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires”.
- Me halaga Señor Intendente.
- Usted lo merece, Marquesa.
Colorín Colorado. Aunque el Teatro Colón de Queso y Sangre se llenó todos estaban felices y comieron perdices, menos los nuestro Quesón, Carlos Matías Sandes, que como todos los Quesones, por supuesto, solo comió una cosa: Queso.
(1) Hace referencia a los acontecimientos descritos en “Queso y Sangre”, que marcaron un antes y un despues en la historia de los Quesones
(2) Carlos Sebastián Beneitez, el Quesón que se autoproclama en las redes sociales como #ElAsesinoDelQueso
(3) La saga de “El Karma de Ravelia”
(4) Este Quesón (Charly el 22) también se atribuye ser uno de los asesinos de Ravelia, la tatuada, la Quesona que siempre vuelve y es Quesoneada una y otra vez
(5) El Asesino de Tini Stoessel
(6) Los actores que interpretan a Gabriel Morel y Gallo en “Argentina Tierra de Amor y Venganza”
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