Un azul-azul, indómito y febril,
brotó en la timidez de tu mirada
cuando acaricié la vigilia
que, tibia, perfumaba tu boca.
Inesperada y audaz, una sonrisa
vivió su destello tenue y furtivo.
Fui feliz después del mediodía.
Texto agregado el 22-06-2019, y leído por 99
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