Con Vania (Spirits) en un rapto de cordura hemos escrito este relato infantil, espero que lo disfruten:
Literatura erótica para infantes del siglo XXI, para ser leída junto a sus padres.
LA DULCE Y ENCHANTÉ HISTOIRE DE OJITOS VERDES Y ZORRINITA ALADA:
Los zorritos son seres solitarios, les gusta andar de juerga y las guitarras, disfrutan del cariño de otros seres y aman la gloria que vive en los paisajes.
Pero mira, siempre hay un "pero mira", los zorritos no tienen buena fama. Algunos hombres en su ambición mezquina con sus leyendas y sus armas los hostigan, porque no aceptan la enorme irreverencia de que trasgredan las normas que ellos dictan en su afán de poder y en su codicia.
Pero el zorrito es libre, así ha nacido, es el designio de su naturaleza, solo el cuidado y su astucia lo protegen de los peligros que corren en sus vidas. Deambulan solos, como bien lo he dicho, salvo que encuentren pareja en sus caminos.
Ojitos Verdes era un zorrito hermoso, que de sus padres a poco había partido, ellos le dieron sus últimos consejos y con amor su adiós le regalaron.
Ojitos era un poco distraído y esa mañana andaba con antojos, vió desde lejos... los frutos rojos que un manzano le ofrecía y no pudo abstenerse a esas delicias. Partió hacia ellas cruzando la campiña y un perro, que lo observó andando la hierba, comenzó sin más con sus ladridos. El labrador que estaba allí muy cerca, lanzó a los cuatro vientos su alarido:
- ¡Un zorro está atacando el sembradío!
Los hombres que escucharon el alerta, tomando sus guadañas y sus palas, corrieron ensañados hacia el sitio. De toda dirección venía el ataque y una piedra que le rozó el oído hizo caer sobre el pasto a Ojitos Verdes, alzó la vista mirando hacia el manzano y pudo ver parada allí en su copa a una silueta de brillos empolvada, trás una máscara y una capita rosa, que se lanzó hacia él con la premura que el momento y la acción le demandaba.
Lo atrapó con una mano decidida, lo recostó sobre su espalda la salvadora alada, mientras que de la muñeca en su otra mano, brotaban lianas que en las copas de los árboles se asían impulsando su vuelo a distanciarse de aquel peligro que se cernía en sus vidas. Ojitos Verdes... quedó mirando atrás hacia los hombres, mientras que su Hada... miraba allí adelante a la esperanza.
El zorrito aferrado con sus manos a la cola pomposa de quién salvó su vida, le preguntó mientras volaba alegre:
- ¿Quién eres tú que me cambió la suerte?
- Soy Zorrinita Alada, es mi misión... salvar a las criaturas de aquellos seres que quieren lastimarlas, ahora me soltaré de tu patita para impulsarme con las dos manitas.
- No es mi patita y por favor no sueltes, siento que estoy seguro entre tus manos.
Zorrinita miró a sus dos costados, vió las patitas del zorrito libres y entonces repasó su anatomía, la comparó con la de Ojitos Verdes, allí es que comprendió que en su cuerpito el zorrito llevaba algo distinto... y a ese distinto lo tenía en su mano.
Ya lejos del peligro de los hombres bajaron en un bosque de lengas y de fresnos, él la miró y descreyó a sus ojos, era la criatura más bonita que su existencia jamás había observado, Le preguntó curioso y extasiado:
- ¿Como es que tienes el poder del vuelo?
- Yo he nacido en una isla milenaria que proyecta un universo paralelo, he venido a esta misión aquí en la Tierra para aplacar un poco sus desvelos.
- ¿Pero volar?, tú logras lo imposible.
- Yo tengo tres poderes concedidos, levito y soy etérea cuando quiero, llevo la premonición en mis sentidos y me impulso en mis lianas, cuando la prisa y el riesgo me lo piden.
- ¿Me explicas como es que tú levitas?, no lo entiendo y ni lo puedo imaginar.
- Es simple, levitar es ser muy leve, flotar en el espacio si lo quieres y entregarte a un brisa que te lleve.
- ¿Y ser etérea?, no sé a que te refieres.
-Esa parte es un poquito más compleja, me vuelvo transparente si deseo, cuando me miras seré tan solo un brillo, una nácar muy sutil que resplandece a no ser que tus ojos sean de ensueño, si es así me verás porque eres bueno.
- Pero... si yo te pude ver en el manzano, y es más, te estoy mirando anonadado. ¿O acaso aquella piedra me hizo daño y es mi delirio el que te ve a mi lado?.
- Sí, tu pudiste verme y aún lo haces, pudiste contemplarme ante el peligro. Tus ojos verdes sin duda ven los sueños, posees un poder muy elevado, tal vez más elevado que los míos.
- ¿Y porqué usas esa capa y esa máscara, porqué pintas de blanco esa rayita que baja de tu rostro a tu colita?
- Mi máscara y mi capa son tan solo para proteger mi identidad mientras camino, igual que lo haces tú por este mundo. Pero mi colita... a ella no la pinto, no olvides que he nacido Zorrinita.
- Zorrito y Zorrinita son lo mismo, pero... esa rayita blanca que luce tu colita... es pomposa y elegante... me fascina.
Fue de repente que Zorrinita Alada aguzó su mirada ensimismada, pensó un momento, y dijo apresurada:
- Discúlpame... debo partir sin más demora, un lobito de mar está en peligro, un trozo de hielo se desprendió del continente y el cachorrito está sobre él a la deriva. Si no voy a salvarlo moriría.
Y sin más parlamento se hizo al aire, Ojitos Verdes le gritó al instante:
- ¿Cuando me llevarás a volar de mi manijita?
A la boquita de Zorrinita Alada una sonrisa de sol se le escapó y su manita... con una negación graciosa y fina al atrevido sin más lo saludó.
El Zorrito... se recostó panzita arriba en la hojarasca, tendió sus brazos respirando el viento, y con su mano izquierda, sin quererlo, rozó una caja de azul color zafiro, la escrutó curioso y al abrirla, una luz muy brillante lo cegó, pero al momento... la palabra "Clementina" y la imagen de Zorrinita Alada lo saludaba desde la pantalla.
Quedó prendado de tan hermoso objeto y comprendió para sorpresa suya que "Clementina" se lo había olvidado.
Pero esa es otra historia, mis amigos, en cuanto ocurra vendré para contarla.
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