El siente pena...
esa pena que desgarra el corazón...
esa que saca lagrimas...
esa que sólo crees poder acabar si te olvidas de todo...
esa, que sólo las pastillas tienen el poder de calmar...

Él, se ha equivocado... no una, sino que mil veces...
Él, realmente no sabe lo que quiere...
Él, quiere sentir la seguridad de unos brazos que crucen su espalda... pero a su vez quiere la libertad de un ave sobre el mar...
Él, tiene miedo a amar, y prefiere amar lo equivocado...
Él, no está sólo, pero cree estarlo...
Él, no está sólo, pero actua como si lo estuviera... solo así puede justificar sentir lo que siente y hacer lo que hace...

Él no está sólo... tiene más ojos de los que imagina sobre su ojos... tiene más manos de las que imagina sobre su piel... y las ve... pero no las quiere ver... prefiere sentir lo que falta, en vez de disfrutar lo que ya tiene...

Él es mi amigo, y le daría la luna si lo ayudara a estar mejor... pero no serviría, porque aunque la tuviera en sus manos... no la vería brillar...

Sólo el tiempo lo ayudará a sanar... y ese día estaré aquí, en este mismo lugar para contemplar su felicidad...