Hoy te presiento,
atrapándome en las redes de
tus pensamientos,
cauterizando soledades.
Llego a ti, llegas a mí,
entre los hilos de esta telaraña
que hemos tejido
hilando sobre este único cosmos,
dibujando sus filigranas,
enhebrando huérfanas caricias.
Atravesados por el mismo cordón umbilical,
elástica cadena que cercena distancias,
flotamos aislados
en el líquido amniótico que nos nutre,
habitantes del cálido útero,
que contiene nuestro mundo.
Por ti me descubro,
parte de un mismo todo,
sorteando espacios vacíos,
balanceándome entre las líneas que marcan
nuestros equidistantes equinoccios.
Entonces borro,
de la esterilidad de mis pesadillas,
tus ausencias.
pariendo nuevos sueños,
fecundados por la pasión,
que a través de este cordón
nos alimenta.
María Magdalena Gabetta
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