Solo las velas iluminaron el momento,
En la mesa, la rosa frente a ti, parece florecer
bajo el tacto de tu mano.

Contemple tu espalda y tu cabello recogido.
No recuerdo la música.
No recuerdo que hablamos.
Si te recuerdo, de pie, apoyada en la mesa.
Dejándote acariciar por la penumbra.
No olvido,
Como la luz bailaba hipnóticamente sobre ti.

Como un mago, combinaba mis mejores recetas.
Proporcionándoles el calor necesario, para su preparación.
El deseo resbalo entre mis dedos,
sazonando la comida.
Tu piel no brillaba; tus ojos ardían.
No recuerdo la música, ni lo que me decías.

Si el momento en que libere tu cabello.
Aquel glorioso momento, en que devoraste mi boca.
El frio de tu piel.
El calor húmedo de tus labios.

¿Seria necesario explicarte,
que mi apetito no era culinario?
Recuerdo que todo fue perfecto.

El vino, la comida, Tú.
No podría describir,
el placer que sentía al verte.

Tan refinada.
Tomaste los cubiertos del modo
más elegante que he visto.

No recuerdo si comí algo.

El vino sí.
Por nosotros.