Ciudad de Puebla, México. Al subir al no cómodo transporte colectivo que me llevaría al centro de la ciudad, encuentro lugar casi al final, en el trayecto observo el ajetreo de los pasajeros. Una mujer con maquillaje que remarca sus facciones ante un diminuto espejo con un peinado asilado, en sus piernas una revista de espectáculos. Más adelante suben un par de adolescentes preparatorianos con celular en mano y con cable al oído, deduzco que oyendo música debido al tamborilero de sus dedos, entre ellos no se hablan cada quien en su mundo. Más adelante sube otro joven de bata blanca bien vestido, de aire intelectual, su apariencia hace suponer que es un estudiante de medicina. Por su parte, el chofer muy atento aparentemente en lo suyo, hacer el cobro y conducir. Sólo lo distrae el caminar de mujeres agraciadas que se encuentra a su paso por cada crucero. Sube una madre con sus dos hijos, en su rostro se refleja la preocupación de que no vayan a caer al ponerse nuevamente el bus en movimiento. Más adelante sube una chica con cara de adolescente angustiada, me pregunto a esa edad en que todo los problemas se polariza y tienen solución, que podría preocuparle. ¿Un examen en puerta, el llegar retrasada a su destino, un familiar enfermo, una deuda económica? Llegué a mi destino en la calle 9 norte y 2 poniente. Al bajar del autobús, el cielo despejado me permite distinguir en el horizonte la figura del volcán insigne de la región, el glorioso y humeante Popocatépetl. Me gusta la definición del escritor Víctor Toledo, el cual señala que constituye “la boca del alma de la nación mexicana”. Son ya las 8:20 de la mañana, inicio una caminata zigzagueante por el cúmulo de gente palpitante que me encuentro de frente y de caminar aprisa, hacia su ocupación de cada día. Eso me recuerdo que debo hacer lo mismo, ya voy retrasado a mi cita. Bendita Puebla (antes de los Ángeles ahora de Zaragoza) que todavía puede jactarse de que respira un aire saludable con aroma de provincia y donde la historia ha dejado huella a través de los siglos.
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