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Inicio / Cuenteros Locales / carlosivankelso / CHRISTINA AGUILERA Y LOS CANTANTES ASESINOS

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La famosa cantante Christina Aguilera se encontraba en el Aeropuerto de Heathrow (Londres) esperando un vuelo a Nueva York. Trataba de pasar de incógnito y por eso lucía un look de manera de resultar irreconocible para la gente. Aguilera vio a una chica que se sentó junto a ella. La chica era igual a María Laura Santillan versión 1992. Pero como Aguilera no conocía a Santillán no le llamó la atención en lo más mínimo, era simplemente una persona más en Heathrow.
Lo que sí le llamó la atención es que otra chica, igual a Santillán apareció caminando, y pasó por ahí, mientras la otra seguía sentada a su lado.
- Y bueno, serán gemelas – pensó Aguilera restándole importancia a las dos Santillanas.
Aguilera seguía sentada, pero no pudo evitar la curiosidad de ver a otras dos chicas, iguales a María Laura Santillán.
- ¿Cuatrillizas? – pensó Aguilera.
La estrella se paró para ir al baño y fue a hacer las necesidades fisiológicas y biológicas. Al salir del baño, las cuatro Santillanas estaban ahí, y de repente rodearon a Aguilera.
- Help! – dijo Aguilera mientras las Santillanas la rodeaban, la ataron y la durmieron con un pañuelo mojado en éter. La cantante se quedó dormida, totalmente.



No supo cuanto tiempo pasó realmente, pero le pareció que habían pasado horas y horas, tal vez más de un día, incluso treinta y seis, o cuarenta y ocho horas. Aguilera abrió los ojos, se encontraba en un cuarto, se paró, sin entender nada, “¿Dónde estoy?” pensó mientras miraba para afuera por la ventana, observando una llanura extensa, con mucho pasto, y un árbol que desconocía, era un ombú.
Se abrió la puerta, las cuatro Santillanas entraron, Aguilera dijo:
- ¿Quiénes son ustedes? ¿Dónde estoy?
- ¡Las Santillanas! – contestaron a coro las cuatro clones de María Laura Santillan, mientras rodearon a Aguilera.



Comenzaron a chuparle, besarle, lamerle y acariciarla por todo el cuerpo, incluyendo pies, tetas, culo, concha, pezones, pelo, todo, toda. Mientras hacían esto, había botellas de champagne en todos lados, y las Santillanas la bañaron a Aguilera de champagne, mientras bebían a diestra y siniestra.
- Estas en Argentina, en medio de la Provincia de La Pampa, estimada Christina – dijo una de las clones.
La satisfacción lésbica continuó, y a Aguilera le gustó mucho, ella también empezó a gozar de los cuerpos de cada una de las Santillanas.
- ¿Cómo me han traído hasta aca? ¡Yo iba a ir a Nueva York! ¿Qué hago en Argentina?
- Estabas en Londres, fácil, te metimos en un avión, en el jet privado de don Emilio Hardoy, el dueño de esta estancia.
Las Santillanas dieron por acabada la fiesta sexual, Aguilera estaba muy contenta. La cantante vio por la ventana que el lugar, antes vacío, empezó a estar ocupado por cientos de personas, tal vez hasta dos mil personas.



En ese momento, don Emilio Hardoy, el dueño de la estancia, se hizo presente en la habitación.
- Disculpame Aguilera por haberte traído de esta forma, pero serás recompensada, te pagaremos el equivalente a diez mega presentaciones en Nueva York. Es que es el cumpleaños de nuestra querida Marquesa de Avila y lo quiere festejar a todo trapo.
La Marquesa de Avila, cumplía cuatrocientos años, pues había nacido en Madrid, en tiempos de Felipe III, en 1619, sin embargo, para la gente ella cumplía unos cincuenta años (aunque se veía como de treinta y cinco), y había nacido en 1969, el año de la supuesta (y dudosa) llegada del hombre a la Luna.
- La llegada del hombre a la Luna es un mito – dijo la Marquesa – una invención de los servicios secretos yanquis.
Mientras tanto, también Carlos Baute, el cantor venezolano estaba en la estancia. Cuando lo convocaron para participar de una fiesta privada, Baute se hizo valer y pidió una cifra exorbitante. Pero se nota que lo querían a Baute a toda costa, sin importar el precio, pues aceptaron pagar la cifra. A Carlos le resultó un poco incómodo el viaje pero la cifra lo valía, llegó a Ezeiza, pasó un día de Buenos Aires y al día siguiente partió para la Estancia “Ganímedes” cuyo propietario era Don Emilio Hardoy.



Para sorpresa de Baute, don Emilio festejaba el cumpleaños de una dama de alta alcurnia, la Marquesa de Avila, que decía festejar sus cincuenta años, y lo hacía con un mega asado, al que invitó a más de dos mil personas.
- Hola Carlos – le dijo don Emilio al recibir a Baute – espero que estés bien, tengo una sorpresa, cantaras con otra mega estrella internacional, Christina Aguilera.
- Veo que esta dispuesto a gastar grandes fortunas, don Emilio – dijo Carlos.
- No es un gasto, es una inversión, la Marquesa se lo merece.
- Tengo entendida que es una gran cantaora de la música española, el cante jodo gitano, y el flamenco.
- Así es, cantaora y bailaora.



Gran sorpresa tuvo Baute al ver que entre las invitadas figuraba Madonna, el cantor venezolano quiso saludar, pero la reina del pop desapareció rápidamente. “Hay figuras de todo lado, que poder tiene este tipo” pensó Carlos.
El multitudinario asado resultó ser un éxito fenomenal, los invitados disfrutaron de la fiesta, que empezó muy temprano, y se prolongó hasta muy tarde. Carlos Baute salió a cantar sus canciones de siempre, la gente lo vivó, una ovación total, hasta el cantor venezolano se asombro por la recepción que tuvo, y lo devolvió con una magistral actuación. En principio pensaba cantar tres canciones, pero ante el fenomenal suceso que tuvo, Carlos triplicó sus canciones, y cantó nueve.
Y al terminar las nueve canciones, Carlos Baute salió con Christina Aguilera a cantar a duo uno de los grandes éxitos de la cantante nacida en Nueva York, que dicho sea de paso, aunque no fue un fracaso su presentación en el Mega Asado, lejos estuvo del éxito que tuvo Carlos Baute.



"No me das falsas esperanzas, No me engañes no, No me digas cuanto es que me amas, No te creo no" cantaron juntos Carlos Baute con Christina Aguilera.
Es una especie de palco, se encontraban la Marquesa de Avila, Lady Dumitrescu, Fraulein Breitner, que por supuesto, ovacionaron a Baute al grito de “Carlitos, Carlitos, Carlitos”. También estaba Madonna, la Reina del Pop.
Al terminar el recital, Aguilera quiso ir a saludar a Madonna, pero las Santillanas la rodearon.
- ¿Qué pasa ahora?
Las Santillanas disfrazaron a Aguilera como de guerrera germánica, y le dieron una espada, una espada de utilería, la llevaron de nuevo al escenario, que ahora parecía cerrado, como un círculo, una especie de Coliseo Romano.
Madonna habló ante la multitud, lo hizo en inglés, hubo que traducirla, diremos lo que dijo, traducido al castellano.



“Hoy mi gran amiga la Marquesa de Avila celebra su cumpleaños, como Reina del Pop tengo el honor de agasajarla como corresponde, con un quesoneamiento dedicado a ella, veremos una justa lucha entre Christina Aguilera y la bailadora de tangos Mora Godoy, que osó invitar a bailar al Presidente de los Estados Unidos Mister Barack Obama, ahora se trenzaran en un combate similar a los de la arena romana, la vencedora elegirá al Quesón que quesoneará a la vencida, aquí delante de todos”.
La multitud gritó, Aguilera se encontró como una gladiadora vestida de guerrera germánica mientras ante ella estaba Mora Godoy, vestida de guerrera griega, como las antiguas amazonas.
- Te venceré pelotuda – le dijo Godoy – sé que me quieren quesonear, se que Carlos Sandes quiere asesinarme, pero hoy no será el día, morirás Aguilera.
- No, las tuyas son falsas esperanzas, imbécil, yo soy demócrata y voté a Obama, pero jamás debiste haber invitado a nuestro presidente.
- ¡Ahora lo tienen a Trump!
- ¡Volvimos y volveremos!
- Aaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj – gritó Mora Godoy lanzándose con una lanza sobre Aguilera.
La bailadora de tangos, le aplicó un brutal golpe, y Aguilera quedó tendida sobre la arena, Godoy la agarró de los pelos y le dio un par de brutales patadas en el culo, Aguilera parecía perdida, intentó defenderse rasguñando a Godoy, pero este le aplicó un golpe de nocaut, quedando tendida Aguilera en la arena.
- Qué fácil que fue, tan fácil, que esto resultó demasiado aburrido.



La multitud ovacionó a Mora Godoy que levantó las manos para saludar, mientras era ovacionada. Las Santillanas ingresaron a la arena, y le dieron a Mora Godoy un “triunfo” como hacían en Roma, con trompetas, alfombras rojas y le pusieron una corona de laureles.
- Carlos Sandes deberá esperar – le murmuró Dumitrescu a La Marquesa.
- Mora se ha ganado la vida, no será quesoneada, por ahora – dijo la Marquesa.
- Nos tendrá que proveer víctimas a cambio – dijo Fraulein Breitner – la quiero en la penitenciaria.
- Ahí no, Carlos Sandes puede invocar el derecho del Quesón. Puede quesonear a cualquier mina que este allí, salvo a nosotras, por supuesto – dijo la Marquesa.
- Es cierto – dijo Breitner – estaba tan entusiasmada que no me dí cuenta de ese detalle. Pero también hay otro derecho del Quesón, dicen que un Quesón puede proteger a una mujer, y ningún otro Quesón puede asesinarla. Lo usan muy poco, o no lo usan, pero el derecho existe. Le pediremos a Carlos “Bebe” Contepomi que lo haga, así hace algo útil para la causa. Mora Godoy es útil viva, no es como las demás.
- Lo hará, lo hará – dijo en un mal castellano Madonna.



Dumitrescu, la Marquesa, Breitner y Madonna saludaron a la multitud, mientras Mora era retirada en andas por la multitud. Mientras tanto, Aguilera estaba tendida en el piso, vencida.
Madonna, en inglés, gritó, lo que traduciremos ahora “¿Y con Christina Aguilera que hacemos?”, la multitud gritó “Queso, Queso, Queso, Queso, Queso, Queso”.
“Mora Godoy, como vencedora, elegirá que Quesón quesoneará a Aguilera” sentenció la Marquesa “todo en honor de mi cumpleaños”.
Rodeada de la corona de laureles, y un vestido todo de blanco, Mora Godoy regresó al escenario, mientras las Santillanas rodeaban a Aguilera.
- Qué pasen los Quesones – dijo Mora Godoy – yo elegiré al Quesón.
- No todos los Quesones – dijo Madonna, en un mal castellano – solo los Quesones cantantes y músicos.
Entraron entonces al escenario Carlos Baute, Carlos Vives, Carlos Rivera y Carlos Ficicchia (“Charly Alberti” el baterista de Soda Stereo). Cada Quesón entró acompañado de un Carlos, no de un Carlos cualquiera, era un clón de Carlos Monzón, si del famoso boxeador ya fallecido, los Monzones, cada Carlos Monzón tenía una bandeja de Queso. Con Carlos Baute iba un Queso Gruyere, con Carlos Vives un Queso Parmesano, con Carlos Rivera un Queso Cheddar y con Carlos Ficicchia un Queso Maasdam.



Mientras desfilaban, Madonna le dijo a Breitner:
- Pensé que iban a decirle también a Charly García y a Carlos “el Indio” Solari, también falta Carlos Santana.
- No, ellos no son Quesones. Es una historia muy larga que no viene al caso.
- Tenía entendido que Santana sí lo era.
- Me referí a Charly García y al Indio Solari cuando dije que no son Quesones, en cuanto a Santana, bueno, digamos que ya esta viejo el hombre, cumplió setenta en 2017.
- Bueno, lo que tenemos no es para despreciar.
Madonna, para deleite de la multitud, interpretó uno de sus mayores éxitos de los 80 “La Isla Bonita”, y fue ovacionada por la muchedumbre, al terminar dijo, siempre en un mal castellano:
- ¿Quién será el Quesón? ¡Qué elija Mora Godoy!
Mora Godoy le preguntó a los Quesones:
- ¿Cómo asesinarían a esta condenada?



Aguilera seguía rodeada de las Santillanas, mientras los Monzones escoltaban a Baute, Vives, Rivera y Ficicchia.
- Fácil – dijo Ficicchia – seré fiel a mi estilo, la estrangularé con esta soga, quizás le pegue también con los platillos y el palo de la batería, para hacer honor a mi profesión – el baterista mostró la soga.
- Yo la voy a cortar con esta sierra eléctrica, seré cruel, implacable – dijo Vives mientras mostraba la sierra eléctrica.
- Lo mío será con agua – dijo Rivera – sí, con agua, la sumergiría en una bañera, y ahí la asesinaría ahogada, usaré el Queso para aplastarla bajo el agua, para que no respire.
- Podría usar un cuchillo como Carlos Bossio o Carlos Fernández Lobbe, podría asesinarla con una katana como Carlos Delfino, o con un macheta al estilo Carlos Sandes, podría usar armas ninjas como la ninjato como Carlos Schattmann, ser muy práctico y asesinarla a balazos, como Carlos Reich, Carlos Tevez o Carlos Melia, pero no, no recurriré a esas armas, la estrangularé con mis propias manos, quizás pueda usar agua como Rivera, sí, ¿Por qué no? Y luego colgarla con unas cadenas.



La multitud estaba dividida, salvo Ficicchia que no tuvo mucho éxito, muchos gritaban por Vives, otros por Baute y otros por Rivera. Mora Godoy seguía dubitativa. Se dio vuelta, tardaba mucho, le dijo algo al oído a la Marquesa de Avila.
- La elección es tuya, Mora.
- ¡Sí la decisión es mía que la asesinen juntos Carlos Baute y Carlos Rivera! – dijo Mora Godoy.
La multitud ovacionó la decisión de Godoy. Ficicchia aceptó el fallo con hidalguía deportiva, como un buen perdedor, no así Carlos Vives, que tenía bronca, y hasta pensó en vengarse asesinando a Mora Godoy.
- Tranquilo Carlos – le dijo Mora a Vives – canta “La Gota Fría”.
El cantor colombiano decidió tranquilizarse, no era momento de irritar a la multitud ni a las damas que estaban en el palco, y salió, y cantó “La Gota Fría”.
Mientras tanto, los Monzones trajeron una bañera gigante y la depositaron en medio de la arena, mientras las Santillanas sostenían las mangueras que llenaron de agua dicha bañera, y despues tiraron a Aguilera ahí.
Carlos Baute y Carlos Rivera, con guantes blancos, se acercaron a la bañera, el venezolano puso su pie derecho encima del rostro de Aguilera, mientras el mexicano hizo lo mismo con el izquierdo. Condenada, Aguilera empezó a olerselos, bañarlos, lamerlos y chuparlos, una y otra vez, los dos cantores intercambiaron los pies.
“¡Sexo! ¡Sexo! “¡Sexo! ¡Sexo! “¡Sexo! ¡Sexo!” gritaba la plebe.



Delante de la multitud, que gritaba como si fuera un circo romano, los dos Quesones se tiraron encima de Aguilera, que empezó a chuparles la pija a los dos, la multitud veía todo con pantallas gigantes que aumentaban y reproducían todo, los dos Quesones penetraron entonces a Aguilera por la concha, mientras uno lo hacía con Aguilera, otro lo hacía con una de las Santillanas, y las Santillanas a su vez lo hacían con los Monzones.
“¡Queso! ¡Queso! “¡Queso! ¡Queso! “¡Queso! ¡Queso!” gritaba la plebe.
“El pueblo quiere Queso” gritó Mora Godoy “Y recibirá Queso, tirenle un Queso, Quesones”
Carlos Baute entonces tomó a Aguilera por el cuello, mientras Carlos Rivera la agarró de la cabeza, Baute empezó a apretarle el cuello, Rivera empezó a sumergirla lentamente, así, con Baute tomando por el cuello, y Rivera sumergiéndola, Aguilera fue estrangulada y ahogada a la vez.
Su cadáver quedó flotando en el agua, mientras Carlos Baute tomó el Queso que le dieron los Monzones y lo mismo hizo Carlos Rivera.
- Queso – dijo Carlos Baute.
- Queso – dijo Carlos Rivera.



Madonna gritó: “¡El triunfo es nuestro!”, mientras la ovación era plena y total. Los Monzones tiraron los Quesos que faltaban a la piscina, las Santillanas comenzaron a mezclar todo… Aguilera quedó convertida en Queso.
Los Quesones fueron ovacionados, Madonna estaba exultante, la Marquesa de Avila usará aquel Queso como una crema para rejuvenecer y mantenerse siempre joven y vital, y ni que hablar Lady Dumitrescu, la fiesta continuó, pobre Christina Aguilera, así fue Quesoneada con sus Falsas Esperanzas. Quizás no debió moverse de aquella silla en el Aeropuerto de Heathrow de Londres, aunque quizás fue la soberana reptiliana quien decidió su suerte. Ese ser deleznable que parece no morir jamás.

Texto agregado el 10-06-2019, y leído por 93 visitantes. (2 votos)


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