Mi nuera y mi hija compiten entre sí, para ver quien esta mas a la moda, en esta era globalizada del neoliberalismo, donde las internacionales de la moda, te fabrican las prendas que luego te promocionan, y las mujeres compran para no quedar afuera ¿e dónde?
Pues del glamour, y del establishment: no saben acaso que son títeres de la industria y que acabaran consumiendo todo lo que se les presente
¿Habré sido así alguna vez?
Lo cierto que ahora las observo, además de quererlas mucho a ambas, y sonrío, más allá de que esta porción de vida que transito, tiene más experiencia que la de ellas.
Ellas, casi van a cumplir cuarenta años y ante todos los estímulos que hay para estar más bellas, más apetecibles, mas seductoras, se lanzan hacia las frivolidades más inicuas como se tira alguien al mar a poner el ancla, para encallar, y sin perjuicio de ello lo saben y lo saborean.
Acaso el filosofo Bauman no nos ha hablado del amor liquido, el que se escapa de nuestras manos como el agua. Todo es tan fútil, como la ropa, y la vida., tan etéreo y fugaz.
Tal vez he vivido equivocada, y mi mirada es juzgadora.
Ellas ahora se han comprado un par de zapatos con tachuelas cuya punta amontona todos los dedos juntos y no los deja expandirse, lo que sí ocurre con mis ideas.
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