La presente reflexión tiene que ver principalmente con la actualidad Argentina.
El hombre se llama Damián Stefanini y desapareció de la faz de la tierra el 17 de octubre de 2014. En determinados medios lo califican de financista, las malas lenguas lo llaman estafador, usurero y cosas por el estilo. Sucede que si tienes dinero es mejor que te llamen financista, es más “cool”.
A casi cinco años de su desaparición yo tengo un mar de dudas.
La primera es porqué su esposa, padres y demás familiares no lo buscan, no los veo en los medios pidiendo su aparición con vida.
En el año 2010 fue sobreseído en una causa por evasión fiscal, y la jueza que lo sobreseyó se llama Sandra Arroyo Salgado, y que es la misma que tiene a su cargo la investigación de su desaparición. Después de tantos años no se sabe si lo mataron, si fue secuestrado o si se auto desapareció.
Dos años después de su sobreseimiento, el 23 de octubre de 2012 le depositó al fallecido fiscal Natalio Alberto Nisman ciento cincuenta mil Dólares en una cuenta que el fiscal tenía en EE.UU. y era o es amigo de un tal Claudio Picón cuyo automóvil de alta gama manejaba el fiscal Nisman. Mi duda es en este caso ¿a título de qué le depositó ese dinero? Y ¿era para el fiscal el dinero o para una tercera persona? Es decir ¿ese dinero era para pagar algún favor judicial? ¿para ser absuelto? ¿para que no lo busquen?
Hasta que no lo busquen y lo encuentren no lo sabremos, porque él está desaparecido y el fiscal se suicidó, aunque utilicen su muerte políticamente tratando de calificarla como un asesinato. Sí podría deducir que fue inducido al suicidio, y quien o quienes lo hayan hecho son tan culpables como un homicida.
Siempre insisto en que ante un asesinato hay que buscar en primer lugar a quien se benefició con la muerte de la víctima. Y en el caso del fiscal no son justamente a quienes ciertos medios acusan, es decir el gobierno anterior. De hecho quienes sí se beneficiaron con su muerte son los integrantes del gobierno actual.
Algún no tan delirante que apareció en los medios diciendo ser amigo del “asesinado”, un israelí gritaba ante micrófonos y cámaras de televisión que a Nisman lo había asesinado un comando iraní porque tenía una condena a muerte religiosa realizada por musulmanes. Y nadie le preguntó por ejemplo como es que el fiscal se fue de viaje a ciudades como París y Londres, acompañado de sus hijas menores y sin custodia alguna. Justamente a ciudades donde hay un musulmán fanático debajo de cada baldosa. A medida que bajaron las aguas turbias este personaje desapareció de escena. Ya había hecho su trabajo de ensuciar todo.
Ahora quieren reflotar el tema por conveniencia política. Y ya se ha comprobado que el fiscal era un corrupto, y tal vez quien ahora ya no quiere investigar el caso, su ex esposa y jueza Sandra Arroyo Salgado no quiere que se hagan olas. Pero su problema es que le sirve al circo actual. A propósito de ella, un famoso arrepentido narcotraficante de apellido Pérez Corradi denunció que esta jueza le había pedido varios cientos de miles de Dólares para hacerle la cosa más suave.
Dudas y certezas tengo muchas.
El Gato (Salem) |