EL DESEO
No aguanto más las ganas de contemplar tu desnudez. De tenerte frente a mí, a la luz de la luna, En lo más profundo de mi mente hay un lugar dónde el deseo y la tentación de lo prohibido quiebra todo límite y . El deseo de ver nuestros cuerpos unidos en un lugar dónde te beso con intensidad y te quito la ropa con brusquedad. Y p ierdo todo sentido del límite, me dejo llevar por mis instintos salvajes; mis manos se meten en tus zonas íntimas y te hacen vibrar. Un torbellino de sensaciones inicia la chispa que se convertirá en fuego, el fuego de la pasión que consumirá nuestro ser que detendrá el tiempo y desaparecerá el mundo que nos rodea, sólo estamos nosotros dos.
Ardo en los deseos de la carne, quiero marcar tu cuerpo a besos, empezar en tus labios, seguir por tu cuello y deslizarme por tu pecho, hasta alcanzar tu sexo. Quiero escucharte gemir. Y estremecerte de pasión.
La distancia que me separa de tu boca, de tus labios, mantienen latente la tentación, la cama es mi terreno, déjame invitarte, déjame disfrutar de los placeres carnales, el fuego clama por nuestros cuerpos. Eres el demonio que me invita a pecar, tu sola presencia es suficiente No tengo control, no tengo dominio sobre mi Ya estoy condenado, la mecha ya ha sido encendida
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