En la visita a México de Christine Lagarde, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) considerada una de las mujeres más poderosas del mundo, después de los grandes discursos en foros oficiales, donde habló de economía, inflación y demás cuestiones económicas, al término de toda esa parafernalia, ya por la noche fue invitada a un evento social, se veía relajada, tranquila, serena, después de una intensa agenda de trabajo, conversaba con dos mujeres periodistas de sociales.
- Doctora Lagarde, ¿Qué la motiva todos los días al momento difícil que se presenta en toda mujer al levantarse?, preguntó la más joven.
Lo medita por unos instantes.
- “Mmm… hay días en que me levantó deseando quedarme en casa con mi familia y mi esposo, disfrutar mi casa, pero luego al estar recordando mis tareas para ese día, pienso en la responsabilidad que tengo… y con reflexión de pensamientos, adquiero ánimos renovados e inicio mi jornada laboral”.
- ¿Se considera Usted una mujer feminista?
- Soy una mujer que proclama ante un mundo de hombres que deberían de dar más oportunidades laborales a las mujeres. ¿Cuántas mujeres hay en el Consejo de su empresa?, les llegué a preguntar a banqueros y empresarios y sentía que les incomodaba. Cuando ellos me respondían que no lograban encontrar perfiles femeninos para los puestos, sacaba mi “lista secreta” con nombres de mujeres capaces. Y les decía: “Acá tienen estos curriculums”…
- Para alguien con raíces tan diversas, Cuál ha sido su respuesta a quien le pregunta, ¿se sigue considerando francesa?, fue la pregunta de la periodista de mayor edad.
- Ese particular orden intimo aprendido desde la infancia que nos proporciona una voz singular, me hace recordar mi origen y seguir afirmando que me considero orgullosamente francesa.
El ruido intenso del copeo en el lugar no me permitió escuchar la siguiente pregunta que le hicieron, sólo escuché que respondió.
- “Las mujeres tenemos que enfrentar más obligaciones que los hombres”. Explica. “Cuando mis dos hijos eran chicos, cada uno de mis viajes eran un maratón. Tenía que ocuparme de la larga lista de asuntos domésticos…Nosotras estamos más conectadas con la realidad y menos con la elaboración de grandes principios que sólo alimentan en ego”.
Aquella figura de una mujer demasiado alta, esbelta, de encanto elegante y de trato agradable, mujer francesa que se toma así misma tan en serio, rompe con los arquetipos cinematográficos de la mujer gala hasta ahora conocidos.
Se despidió muy cortésmente de las personas que la acompañaban disculpándose de su retiró temprano, no sin antes señalar que estos momentos habían sido los más reconfortantes de su día.
Elaborado con información de Jimena Castro Bravo.