Extraño a mi olmo que me da peras sin que se las pida, pero con estos días fríos lo miro desde atrás de la ventana, cobijado por el calor del brasero.
Se le cayeron las hojas, y un día en que salió el Sol intenté pegárselas pa que estén en su lugar, pero se volvieron a caer, así que ese dicho de “pegalo con moco” de mi abuela es falso.
Estaba observándolo displicentemente cuando unos leves golpes en el vidrio de la ventana me distrajeron, era Catalina la paloma mensajera del barrio.
Le abrí pa que entre a cobijarse un poco del frío, se la veía medio desplumada y flaca, hasta desteñida parecía. Le convidé unas migas de pan ya que el maíz, según me dijeron, está muy caro y además a qué gato se le ocurriría comprar maíz, o mejor dicho, afanárselo.
En otra situación de tiempo y espacio, una paloma como Catalina hubiera sido ideal pa almorfársela*, pero a esta la respetamos porque es mensajera, y está bueno enterarse a través de ella qué sucede allende los tejados.
Me contó que no tiene respiro, que tiene que laburar más de la cuenta, y que lamentablemente no tiene tiempo pa entrenar nuevas palomas mensajeras.
Sinceramente le dije que lo que me decía me extrañaba mucho, porque en pleno siglo XXI con internet y el guasap los inhumanos se comunican o descomunican constantemente a su antojo.
Ahí está el problema, me dijo. La tecnología había acabado con mi profesión de loable mensajería, pero algo ocurrió en estos últimos meses. Porque el guasap es gratis, pero las cuentas de internet y de los celulares no, de hecho aumentaron tanto que la gente ahora recurre a las viejas prácticas de escribir cartas y a las palomas mensajeras.
Es terrible cuando me agarra un pendejo, de esos que no nacieron de un repollo, sino que se los parió en un click la tecnología, y que en su técnica ignorancia lo primero que hace es buscar entre mis plumas el teclado para escribir el mensaje.
Me preguntan si soy una paloma mensajera 4G ¿y qué se yo que carajos es eso? A mi me dicen lleva este mensaje a tal o cual sitio y voy, que no se quejen si tardo tres o cuatro días.
Ni le cuento la cantidad de balinazos y/o piedrazos que tengo que esquivar, porque después de reemplazar el asado por el pollo, ahora quieren reemplazar al pollo por paloma. Mi trabajo no solo es insalubre, es de alto riesgo.
Necesito que me aconsejes, que me des una idea, algo para salir de esta situación lo antes posible, o voy a tener que emigrar a un lugar más tranquilo como Siria o Afganistán…
Respiré hondo, y me quedé mirando hacia la nada, como estilan los intelectuales antes de hacer que dicen algo inteligente, una de esas frases que tiran a la eternidad pretendiendo inmortalizarse al transformarlas en lo que ahora llaman “trendtopic”… y se lo dije nomás: estás jodida Catalina.
El Gato (Salem)
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