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Estaba atardeciendo, y es el momento ideal pa dormir una siesta hasta que salga la Luna. Me recosté a los pies de mi olmo que me da peras sin que se las pida y me entregué al placer del sueño.

De pronto algo medio duro golpeó mi cabeza e interrumpió mi tarea. Y jamás, pero jamás interrumpas la siesta de un gato…
Con un enorme esfuerzo abrí uno de mis ojos y vi correr despavorido a un escarabajo que no era cualquier escarabajo, sino un escarabajo chileno, de esos de largas tenazas.
¡Es Hércules! ¡Es Hércules! gritaba mientras corría en círculos sin rumbo revoleando sus pinzas y/o/u tenazas.
Ni cinco de bola me daba, como si yo estuviera pintado, así que le aplique el rigor de mi pata sobre su escarabajidad. Bajá un cambio le dije...
Es que usted no entiende, no me aforré de un conchazo… Fue el Hércules que me ha sacao la chucha weón…
Ajá ¿y a qué se debe eso?
A que él también anda agüeonado con la Afrodita…
Bien. Le pregunté entonces quien carajos eran Afrodita y Hércules, me dijo que ella era “la” escarabaja, la más bella, la única, y él es el escarabajo más fuerte del Universo, es invencible, es único… Y pensé: miralo a este gurrumín del tujes, osar decir ante un dioS como yo que había alguien superior a mi.

A los pocos segundos cayó otro escarabajo, y luego otro, y luego otro, todos huían despavoridos agitando sus pinzas al aire y dando diminutos alaridos. Algo tenía que hacer, no se puede tolerar que además de invadir las góndolas de los supermercados pretendan vulnerar la paz y la soberanía de MI olmo con escarabajos importados.
Comencé a trepar por el tronco hacia la copa del olmo haciendo gala de mi agilidad felina y a la media hora ya había trepado como tres metros y medio.
Mientras subía veía como caían escarabajos a troche y moche. Finalmente en una de las ramas más altas lo vi. Estoy seguro que era él… Hércules, su caminar de compadrito lo delataba.
Estaba por entablar una batalla contra otro escarabajo de su mismo tamaño, bueno, todos los escarabajos por lo general tienen un tamaño similar, pero éste era el último escollo antes de llegar a ella: la escarabaja Afrodita.
Frente a frente, se midieron y con sus largas pinzas intentaban aprisionar al otro. Era evidente que ese tal Hércules era muy hábil en esas lides, en un rápido movimiento tomó a su adversario con las pinzas e inmovilizándolo lo levantó y sin soltarlo le daba de guampazos contra el tronco del olmo. Su contrincante se puso a llorar mientras le pedía que ya no lo golpee más y el Hércules le gritaba: esto te pasa weón por andar sapeando a mi Afrodita ¡te vuá a dar patáas en la raja!
Mientras tanto, a unos pocos centímetros estaba ella, indiferente, como no prestando atención a lo que ocasionaba, si parecía la Sor Juana de las escarabajas y su “escarabajos necios que acusáis a la escarabaja sin razón…”
Pa terminar el duelo, Hércules alzó a su maltrecho contrincante y lo “revolió” por el aire, cayendo este hacia el firme y duro suelo. Caía como en cámara lenta, lo hubieron visto… y ¡Toc!
Cuando ya nada se interponía entre él y Afrodita la miró fijo y le dijo: ahora te vua a pegar un par de patos. Ella intentó resistirse, o al menos hizo que…
Una vez consumado el acto, Hércules, luego de forzar a la escarabaja con la cual estaba metío hasta las patas, la levantó con sus largas pinzas y al igual que había hecho con cada uno de sus contrincantes la arrojó del olmo. Mientras ella caía se le escuchó decir te quiero mi Herculeeeeeeesssssssss… y luego solo se escuchó el “toc” del golpe de su escarabajidad contra el piso.

Fue en ese instante cuando Hércules se percató de mi presencia.
Desafiante me miró y apuntándome de forma amenazadora con sus pinzas me dijo: ¿qué mirás weón, acaso andai buscando que te agarre a patáas en el hocico?...
Tonces le apliqué mi pata derecha delantera sobre su cascaruda escarabajidad, y de ahí directo y sin escalas a mi estómago… y a la mierda con el Hércules.
Los escarabajos no son muy sabrosos que digamos, pero son ricos en proteínas. Palabra de gato y de Marley.

Texto agregado el 31-05-2019, y leído por 138 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
31-05-2019 Un trabajo para leer en la playa con su pisco, su fogata y unos buenos huiros voladores. Me gustó la lírica, el ritmo y la dinámica apasionada de resolver problemas del gato. Muy bien logrado. Saludos desde Iquique Chile. vejete_rockero-48
31-05-2019 Tus historias me recuerdan al Gato Juanito de Cachureos, un programa televisivo de Chile, me lo imagino a él aplastando los escarabajos. Saludos. Klio
 
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