UN APLAUSO PARA EL ASADOR-
El Negro era uno de los mejores asadores del pueblo, igual que antes lo fueron sus tíos ,que le habían enseñado el oficio. No había acontecimiento al que no lo llamaran para asar, casamientos, bailes, bautismos, velorios.
Casi nunca le pagaban ya que era de hacer gauchadas y muchas veces se abusaban de su bondad , principalmente sus numerosos amigos.
Negro, esta noche tenemos unos pollitos, lo podes asar, Negro, tenemos dos matambres ¿podes hacerlos?.
Negro tenemos invitados en el Club, quiero quedar bien, por eso te llamo sos el mejor, Negro conseguí achuras completas para esta noche , no me podes fallar
Lo de las achuras era algo que los amigos que trabajaban en el frigorífico, le traían muy seguido esaS al menos estaban limpias y listas para asar.
El problema eran las que regalaban a los amigos los que tenían vacunos y carneaban en sus campos . Negro esta noche hay una timba, te traemos unas achuras para asar, y le dejaban una bolsa llena pero jamás se las limpiaban –
El Negro nunca decía nada, pero esa vez decidió escarmentarlos…
Lavo y salpimentó las mollejas, chinchulines, riñones, pero a las tripas gordas no las limpio solo las salo y espolvoreo con pimienta y aji molido , y las dejo con toda la bosta adentro.
Llego la hora de la cena, la parrillada se veía espectacular doraditas y crocantes, la regaron con bastante vino, no dejaron nada.
El Negro no lo podía creer, esperaba miles de quejas. y nadie le reprochaba nada, al contrario al final, como siempre pidieron un aplauso, para el asador.
Al retirarse el amigo que le había encargado el asarlas le dijo, todo muy lindo negro, pero dicen los muchachos que con las tripas gordas se te fue la mano con el perejil.-
|