Teoría del viaje a las tres estrellas alado de la Vía Láctea (I)
Introducción a la especulación concreta sobre las posibilidades del viaje.
La seducción del cielo estrellado es porque tiene vida, y no me dejas cuerpo, y no me dejas historia humana que vaya hacia ahí. Pero averiguar más sobre la vida son los siguientes cien metros que se caminan mirando arriba para llegar a saber, llegar a conocer, y una vez conocido, cortejar aquello inconmensurable que nos atrajo. Como podré quedarme ahí, permanecer en la euforia de tres mil años, que solo dura un día, un momento, una sonrisa. Y emocionarme porque se llegó a ese lugar en el corazón, al que decimos que cobro vida después de pararse frente a él, o la vida deslumbrada ya la traíamos nosotros desde la penumbra de nuestro presente que quiere liberarse de lo que somos, o de lo que tenemos de condicionados.
El estudio de la galaxia del corazón es una pesquisa inacabable. ¿cómo se podrá escudriñar el universo? si apenas sabemos que se llama así, y que sus límites son nuestros años que pasamos buscando, mirando, indagando, introduciéndonos más y más ahí donde solo podemos caminar con la divinidad, en agujeros de luz que son tan eternos como la humildad. Ir buscando los diferentes modelos de corazones, los tamaños también, porque los ánimos pequeños e iracundos también están ahí para que luzca lo otro que no se puede matar u olvidar. Y sus luceros que están dentro, y que luego parten tal vez antes que nosotros cuando miramos solitarios añorando.
El corazón no debería estar lleno de galaxias frías y que responden a cálculos matemáticos, donde la sangre que impulsa es solo una anécdota. La vida que mueve ese corazón y la conciencia que aterriza en cosas concretas no debería ser solo un accidente. No dejar por establecido que nuestro corazón es lo último del simio final que se llamó hasta ahora homo-sapiens, porque el hombre desde que busca es peregrino eterno hasta la paz.
Y se inicia la carrera, la ida, en los recuerdos que conquistaron nuestro mundo, un paso hacia todo lo que tiene de bueno estar vivo, y con el universo que no se detiene desde el gran big bang de nuestro nacimiento. Las circunstancias que nos llevan siempre hacia adelante, todo los viajes fuera de este mundo encadenado y compartido con dos o tres acordes de música, que llegan a ti, a las cosas, a los arroyos. La vida que va y viene, vos y yo finitos para lo infinito. Solo por hoy sabemos que el corazón es lo que se tiene de cercano o atávico de los días más felices de nuestra vida. Que va allá a Alfa centauri sin salir de nuestro cuerpo, las tres estrellas que están ahí desde que las células tienen vida, y volvemos a subir al tren, tren de dos vagones, de dos silabas aunque solo tenga una, y volver a que nuestros zapatos pisen todo lo que de cautivo y bello que está dentro nuestro, sin movernos un metro atravesando millones de años luz.
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