Sentado aquí me pregunto:
¿Qué sucede con tus ojos?
Aclárame este asunto,
¿Qué, necesitas anteojos?

Desde que te conocí,
tus ojos y tu sonrisa
ambos fueron para mi
como para el cielo visa.

Es cierto, los años pasan,
se debilita tu vista
no hay quien su fulgor resista
son bellos como antes eran.

Para mi no hay diferencia,
el amor lo vence todo,
haz lo que diga la ciencia
te sigo adorando a mi modo.

¿Me ‘mirabas’ siempre antes
para darme un besito
cerrándolos un poquito?
¡Esos ojitos tunantes!

(¡Que se tarda ese doctor!
Me está apretando el hambre
¡Que se apure por favor,
ya siento como calambre!)