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Inicio / Cuenteros Locales / ElGato / Le Traigo el Camino al Paraíso.

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¿A qué no saben que estaba haciendo yo?
Acertaron, lo de siempre: nada.
Pero hay quienes tienen esa manía de interrumpirme.
A veces creo que mi olmo en el tejado es una especie de portal que atrae a extrañas criaturas.
Lo afirmo porque apareció un señor con maletín, tenía el pelo corto, camisa blanca, corbata y pantalón negro. Traía un libro bajo el brazo…
- ¡Arrepiéntete hermano! Te traigo la palabra del señor para que purgues tus pecados.
- ¿De cuál señor? Vea, los gatos pa purgarnos comemos pasto, y es no es un pecado.
- ¿Acaso no temes a la ira del señor?
- Depende, hay uno por acá cerca que en cuanto me ve rondando a su gata, me revolea un zapato…
- ¡Eres débil a las lujurias de la carne!
- Eso sí, a la carne de vaca, de pollo, de pescado, de cerdo...
- Si no te arrepientes no podrás entrar al paraíso, descenderás a los infiernos.
- Oiga, ya estuve en ambos lugares, y cada uno tiene sus pro y sus contra.
- ¿Te burlas de mí?
- No, pa nada. Es que los gatos tenemos nueve vidas. A mí me rajaron de los dos lugares.
- Te conmino a que me sigas y encuentres el camino hacia el señor.
- ¿Usted ya lo encontró?
- ¡Claro que sí! ¿Acaso no ves que rebozo de felicidad?
- ¿La verdad? No se nota pa nada ché… Además, ¿para qué voy a encontrar un camino que usted ya sabe donde está?
- Oh mortal ¿acaso no sabes que cada quién tiene su propio camino?
- Sí. El mío lo recorro a diario y voy meando pa marcar mi territorio y que otros gatos no se metan donde no les corresponde.
- Esta es tu última oportunidad… sígueme…
- Ahora viene eso de que no me va a defraudar…
- El señor nunca defrauda.
- Eso depende de quien sea el señor che.
- ¿Qué debo hacer para convencerte para que encarriles tu vida?
- Ni idea ¿tiene latas de atún para regalar?
- No, casualmente no traigo en este momento conmigo.
- Eso es un problema. Porque si lo sigo algo me dice que me voy a pasar hambre.
- ¿Puedo reposar bajo la sombra del olmo?
- Hágale nomás que es gratis.
- Se agradece hermano.
- Bueno ¿me va a decir que vamos a morfar mientras buscamos el camino?
- Es un camino virtual hermano, no es de este mundo.
- Oiga, yo no pienso subirme a ningún jodido cohete… eso es pa los monos y los perros.
- ¿Qué entendió?
- Hasta ahora no mucho… ¿cuánto cuesta ese paseo? Pregunto porque no tengo un mango.
- Solo debes aportar el diezmo.
- ¿Y eso cómo se come?
- Es el diez por ciento de tus posesiones terrenales, del fruto de tu trabajo bendecido por el señor…
- Ahí vamos peor, porque los gatos no laburamos y mi única posesión son las 328 latas de atún que tengo celosamente guardadas, y van a tener que pasar sobre mi cadáver para llegar a ellas.
- ¿Usted no trabaja?
- ¿Usted vio laburar a un gato alguna vez?
- No…
- ¿Entonces?
- Entonces he perdido mi tiempo. Así no voy a progresar nunca…
- ¿En qué sentido?
- Un pastor del señor debe tener seguidores…
- … que le garpen un diez por ciento y así usted encuentra el camino de la buena vida terrenal.
- Algo así…
- Capaz tiene que cambiar de táctica.
- ¿Cómo ser?
- ¿Qué es ese librito que trae?
- Es el libro del Señor, aquí está registrada toda su obra. Su palabra.
- ¿Lo escribió él?
- Son sus palabras.
- Claro, pero ¿lo escribió él?
- Su palabra ha sido transcrita por hombres santos.
- ¿Y quién los nombró santos?
- ¿cómo quién los nombró?
- A ver… ese Señor ¿no sabe escribir?
- Él creó todo lo que puedes ver.
- Pero ¿sabe escribir o no?
- ¿Cómo no va a saber hacerlo si él creó todo?
- ¿Entonces?
- Entonces ¿qué?
- Que por qué no lo escribió él ¿es vago o qué?
- No sea irrespetuoso…
- De acá veo que en la contratapa dice: impreso en los talleres de Villa Soldati.
- ¿Y que hay con eso?
- Deduzco que el Señor ese del que me habla vive en Villa Soldati.
- No entiendes nada hermano…
- En primer lugar no soy su hermano, y en segundo lugar me queda claro que usted me quiere currar…
- ¿Me acusas?
- Lo afirmo. Y no me convence pa nada
- Quizá tu camino sea otro…
- No, ya le dije que cada día hago el mismo. Es rutina orinadora gatuna nomás.
- Me refiero que tal vez necesites la palabra de otro señor…
- ¿Hay más?
- Sí, aquí en mi maletín tengo varios, el de los Santos, el de los Testigos, un Talmud, un Corán, una Biblia católica, otra Cristiana… Ah… y un Kama Sutra.
- De todo, como en botica…
- Algo así gato… de algo hay que vivir
- Y usted pretende vivir de los giles que le paguen…
- ¡Sí! ¡Síii! ¡Lo confieso! Pero no me arrepiento, lo hago por necesidad. Y alguno de los Señores sabrá perdonarme
- Bien… Pregunto ¿y por qué en vez de andar con tantos libros de tantos señores, no escribe su propio libro?
- ¿Cómo es eso?
- Que cree su propia religión, algo que se adapte a las necesidades de la época.
- Me interesa eso… ¿y cómo sería?
- Primero hay que buscar un nombre que pegue, por ejemplo: Iglesia de los Santos de los Primeros Días…
- Espere que tomo nota… siga… siga.
- Onda que como el señor labura de lunes a sábado ¿para qué laburar nosotros?
- ¿Entonces no trabajaríamos?
- ¿Se puede competir contra alguien que todo lo puede como una multinacional?
- No… lo sigo, continúe.
- Si el señor no labura los domingos, ponele, ese es el día en que sí se puede laburar, porque no hay competencia y porque las horas se pagan doble…
- ¿Pero no es pecado eso?
- Eso se arregla vea, hacemos un reglamento de diez o doce artículos, lo mandamos tallar en un cacho de piedra y listo el pollo.
- Se refiere a algo como los mandamientos…
- Ponele que sí. Y para que sea más creíble hay que decir que aparecieron en Estados Unidos, porque si dice que estaban acá en Argentina va muerto de entrada.
- Bien… bien… esta idea me cierra bastante, si la pulimos un poco más zafamos…
- Zafa usted, porque lo que es yo… paso. Solo lo asesoro.

Y así seguimos bajo mi olmo un par de horas más hasta que con el borrador más o menos completo se rajó para la imprenta de Villa Soldati pa imprimir su libro, y yo seguí en la mía… no hacer ñaca.

Semanas después no me sorprendió escuchar su voz en la radio y verlo en la caja boba con programa propio. Cientos de seguidores tenía ya, y hasta había hecho algunos milagros y por una módica suma les daba unas botellitas con agua milagrosa.

Todo un emprendedor el tipo.

El Gato (Salem)

Texto agregado el 23-05-2019, y leído por 122 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
24-05-2019 ¡Pero que historia tan simpática! ¡Te barriste, amigo! Hmmmm....a mi me visitan una pareja de gatos con cuatro gatitos, mejoir traigo mi cuaderno de notas. ¡Muy gracioso el cuento! Felicitaciones. za-lac-fay33
24-05-2019 Le debían de cobrar por espacio ya lleva 4 de un tirón jejejjee. Muy agradable lectura. rhcastro
 
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