…y llego a este punto, en que intuyo el final, soy una ráfaga, acaso ya su simple evocación, el principio y el final, enmaromados en la elipsis de un suspiro, o de la génesis y los trompetazos del apocalipsis…sólo intuyo más que escucho el crepitar inapelable, la decapitación de los segundos, lo que antecede al punto exacto en que ya no seré. La transparencia aterradora de la nada, la nada absoluta, la avizoro ya con sus dentelladas atrapándome, mordiéndome hasta el muñón de nostalgia que acaba de avasallarme. Ya la intuyo, es un crepitar, una…
Y la casa dominada por la ciega naturaleza fue ceniza tras el desbaste, despojos como los de Rafael y Olivia, seres bizarros, incompletos, engendros imaginarios, ahora devorados por el influjo del mismísimo Baco. Y ya no serán los dos amantes consumiéndose en las escalinatas doradas del templo de Eros, sino los cadáveres disueltos en la mente de un ebrio.
Y Frank, despechado escritor, frustrado por esas frases que pretende hilar y que se le deshacen en la niebla que empaña su cordura, no así esos sentimientos que se han hecho carne al nombrarla a ella, y repetir su nombre tantas veces como perdida está su musa tras innumerables calendarios, al final, la pena amaina y ha caído rendido sobre su notebook y esa mano sonámbula que rastrea entre ronquidos lo ineluctable, ha dado con un promontorio sobre el cual pulsa su dedo. Y la tecla Suprimir, sólo acata con sus pulsos eléctricos lo que la inconsciencia le ordena y comienza a borrar y borrar y bo…
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