El miedo a perder, la pérdida en si misma, los recorridos de una mente indagando entre las culpas, el deterioro, las abstracciones de esa carne sucumbiendo ante el martirio. El cristal de sus pupilas presas, los labios diminutos aguardando la utopía como una caricia perpetuando esa tibieza, el fluir de las mejillas hacia un callejón deshabitado, y mi alma declinando bajo el desfiladero de más tumbas.

Ana Cecilia.