Cada amanecer en la playa es un poema.
Un lejano horizonte con matices naranja.
Un pálido sol que pinta las crestas de las olas.
Una lluvia de gaviotas que surcan el aire.
Un aliento yodado
que se esconde entre los cocoteros.
Un sonido melodioso de olas que vienen y van
y tú…
Tu beso salobre.
La risa de tus pupilas
en tu mirada llena de ayeres.
Tu melodiosa voz,
tu piel cercana,
y este mar, su blanca arena
que hoy complementan la felicidad
en este temprano paraíso.
Alberto Vásquez
Texto agregado el 13-05-2019, y leído por 113
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