Sujétate del brazo lisonjero de mi
ausencia, que llueven floripondios,
no permitas que tus piernas
tambaleen sobre el charco florilegio
que ahoga nuestras huellas, libera
tu voz como idea acunada en la
ansiedad y el obsequio de tu risa
en el blanco rosa deseado.
Encendidos por el avatar que te
sobrevive con el tiempo, como un
hermoso vate de quilla trepidante.
El horizonte es una caricia colosal
que se pierde en tu mirar;
Me navegas con propósito
pero sin destino.
Texto agregado el 12-05-2019, y leído por 73
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
13-05-2019
*Que lindo eso que dices de navegar al otro. Saludos Klio
13-05-2019
Que lindo eso que dices de navegar a otro. Saludos. Klio
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