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La observó conversar con la madre a través de la ventana, mientras que con el brazo izquierdo sostenía a un quirquincho que había atrapado. Sujetando el animal por la cola, apoyaba su nariz contra el vidrio.
Se sentó entonces sobre un tronco viejo que descansaba a sus pies. Sin soltar a su presa sacó un papel del bolsillo en el que escribió con su otra mano valiéndose de un lápiz gastado y apoyando la hoja sobre su pierna:
"Te quiero"
Dobló la hoja con cuidado y la deslizó por debajo de la puerta de entrada.
Luego echó a correr rumbo al rancho.
Al llegar, no podía dejar de sonreír. Recordaba su imagen e imaginaba el momento en que descubriera la nota.
Al abrir la puerta, miró a su padre a los ojos. Tomó coraje para contarle lo que sentía.
Pero éste se le adelantó:
- ¡Juancito, tu primer quirquincho! ¡Qué maravilla hijo! ¡Y es uno grande!
¡Ya eres un hombre! – le dijo efusivo palmeándo la espalda.
Él, confundido, tardó unos segundos en comprender de qué hablaba, cuando notó que el pobre animal aún colgaba de su mano izquierda.
- Aaaa, sí gracias Papi – contestó modesto.
- ¡Rosaura! ¡Ven! ¡Hoy comeremos mulita asada! ¡Ven a ver a tu niño!
Mientras ellos llevaban el bicho a la cocina, se quedó mirándolos un poco extrañado, sin comprender el por qué de tanta alegría.
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Marcelo Arrizabalaga.
Buenos Aires, 11/5/2019.
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Texto agregado el 11-05-2019, y leído por 267
visitantes. (8 votos)
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Lectores Opinan |
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18-05-2019 |
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Marcelo, leí varias veces tu texto y pese a que es bueno, tengo una gran tristeza cuando se trata de animales cazados, comidos o lo que sea. Por eso dudé de comentarlo, pero bueno... MujerDiosa |
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12-05-2019 |
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Cazador y enamorado, un muchachito feliz. Allá lejos y hace tiempo, haciendo el Servicio Militar en Mar Chiquita ibamos a "peludiar" para comer una sabroso peludo o una mulita asada y eludir esa indecente comida que te daban en el cuartel. Un abrazo, Carlos. carlitoscap |
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12-05-2019 |
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Me dio pena por el pobre quirquincho, seguro iba a parar al asador, y dien que son muy ricos, yo no los quise probar, cuando eramos niños un peón mientras hacía el asado se asaba para él un quirquincho o peludo, aún veo su imagen patitas arriba sobre la parrilla. Me gustó también el comentario de Vicente que conoce bien nuestro querido país y sus costumbres. Besos. Magda gmmagdalena |
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12-05-2019 |
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Son muy bellos, me encantaría verlos, solo los conozco por imágenes. No sabía que se comían, me apena, pero es la ley de la vida y sobre todo como comenta Vicente, que era motivo de alegría familiar cuando se llegaba con uno a casa para una deliciosa cena. Buen relato como siempre. 5* jdp |
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11-05-2019 |
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De niño a hombre. Son varios y equívocos los indicios. No sé qué sea ese animal. Hipsipila |
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11-05-2019 |
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Aunque no conozco un Quirquincho,me gustó tu texto.
Imaginé un ave con la cabeza colgando lista para ser un plato delicioso.
Da un poco de pena******
Un abrazo
Victoria 6236013 |
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11-05-2019 |
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—Sinceramente agradezco tu cuento, me llevó a tiempos lejanos de niñez, cuando en la pobreza de un hogar de La Patagonia, en un entonces pueblito llamado Las Heras de la provincia de Santa Cruz, era una manjar comer ese exquisito quirquincho, mulita o "piche" asado al horno, recién cazado entre los coironales de la pampa sureña y que hoy a muchos kilómetros y décadas de distancia quisiera volver a degustar. —Muchas gracia y un gran abrazo para ti. vicenterreramarquez |
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