Decía que el Sol se enfriaba en una sola de tus lágrimas
que todos los caminos se cerraban en tus pies
y que los sueños eran pájaros
cuyos nidos retozaban en tus párpados caídos.
Amaba lo que decías y hasta lo que respirabas
en cada foto estaba siempre tu rostro
en cada rincón del mundo
en cada segundo del reloj
en cada día del calendario
eras tú lo primero y lo segundo
lo de siempre y para siempre.
Ni un solo dedo cabía entre tu alma y la mía
éramos dos corazones encerrados en un mismo anillo.
Escribía versos para ti
limpiaba espejos empañados
y pulía baldosas para duplicar tu cara única.
La atmósfera toda te retrataba
el aire era tu nombre
la noche tu cuerpo
y tus ojos los faros incontables de la noche.
Texto agregado el 11-05-2019, y leído por 97
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