Se difundió la noticia que en una misma noche, Carlos Delfino, el basquetbolista asesino, había quesoneado a Melina Petriella y a Romina Manguel.
- No puedo ser menos – pensó Carlos Bossio, el mítico “Chiquito” Bossio, el gran arquero de Belgrano, Estúdiantes y Lanús – a 25 años de mi debut como Quesón, un cuarto de siglo quesoneando minas, 1.250 minas quesoneadas, asesino record en el Guiness (aunque Carlitos Delfino ya se esta acercando demasiado) tengo que salir y quesonear a alguien.
El ex arquero, se estiró en una silla, con su enorme 1,95 a cuestas y apoyó sus pies talle cincuenta sobre la mesa. Mientras comía Queso, se fijó en el celular. “Melina Petriella” iba a buscar, para buscar datos sobre la mina a la que había quesoneado su tocayo Carlos Delfino. Pero al poner en el buscador “Melina P…” le apareció “Melina Pitra”.
- A ver, a ver – dijo Carlos Bossio, y rápidamente encontró fotos, muchas fotos, y datos de la modelo Melina Pitra – La quesonearé. ¿Dónde la encontraré? Mi instinto Quesón me guiará hasta el lugar y la quesonearé. Igual lo consultaré en las redes sociales.
Carlos lanzó una encuesta en twitter y en las historias de Instagram. Participó mucha gente, unas 467.241 personas en una hora, la pregunta fue sencilla: “¿Quesoneó a Melina Pitra?”, el Sí ganó con el 92 por ciento de los votos.
- Cifras concluyentes – dijo Carlos, que cerró la encuesta y borró todo.
Eran tantos los mensajes de sus fans y seguidores que Carlos no se dio cuenta que una cuenta denominada @fantinofantino decía “No lo harás Quesón, esta vez no lo harás”.
Carlos se baño y se dio una ducha, aunque como siempre no se lavó los pies, se puso el desodorante para pies (que en los Quesones tiene el efecto contrario, multiplica el olor por mil) y las mismas medias que usaba siempre, vestido de negro, con guantes negros, Carlos agarró un cuchillo, un cuchillo muy grande, recién afilado, y un Queso gigantesco, iba a salir entonces a quesonear a Melina Pitra.
Pero cuando abrió la puerta de su departamento, se encontró con Alejandro Fantino, vestido como Terminator y con un arma muy larga similar a las de ese personaje…
- No lo harás Carlos – le dijo Alejandro mientras sostenía el arma apuntando a Bossio – esta vez no ganarás ni vos ni los Quesones. No quesonearás a nadie en el día de hoy. Vos serás un Quesón, yo soy un “Huevón”.
Fantino iba amenazando a Bossio con el arma, que empezó a retroceder dentro del departamento, hasta quedar contra la pared. Era la primera vez en su extensa trayectoria como Quesón que Carlos Bossio se sentía amenazado. “Chiquito” atinó a decir.
- ¿Qué significa esto? ¿Un Huevón?
- Ya nos encontramos el día que quesoneastes a Sol Perez. Hoy no quesonearas a nadie Carlos Bossio, vengo a ejecutarte.
Fantino disparó, pero Bossio se movió y la bala ni siquiera lo rozó, por el contrario, rebotó en la pared, cambió la dirección, pegó en la araña y esta cayó… ¡Zas! La araña cayó sobre Alejandro Fantino que se desplomó en el suelo.
- ¡Vaya, vaya, como me salve! ¡Me voy! ¡Voy a quesonear! – dijo Carlos, y salió de su departamento.
Inconsciente unos minutos, Alejandro volvió en sí e intentó salir del departamento de Bossio, pero este había cerrado las llaves desde afuera. Estaba encerrado.
- Saldré por la ventana, como el Hombre Araña, se acabó el reinado de los Quesones. Alejandro “el Huevón” Fantino vengará a todas estas minas quesoneadas. Una nueva era empieza.
Antes de salir, sin embargo, Alejandro le mandó un mensaje por Instagram a Carlos Bossio, utilizando su cuenta fake @ale3741.
- A Melina Pitra la vas a encontrar en Avenida de los Simios n° 745 ahí fue a hacer una producción de fotos. Quesoneala. #Queso. Yo no puedo porque me llamo Alejandro, pero vos te llamas Carlos. #Queso.
Mandado el mensaje vía Instagram, Alejandro inspeccionó el departamento de Carlos. Encontró una bodega de Quesos, repleta de hormas de Queso Gruyere, Queso Emmenthal, principalmente; un lugar lleno de cuchillos, casi todos grandes y enormes, un afilador, ropa de color negro, muchos guantes, fotos, cientos de fotos, miles de fotos, con las víctimas de Carlos Bossio, y carpetas llenas de recortes con noticias de los asesinatos cometidos por “el Quesón”.
Vio también un par de computadoras, Alejandro pensó:
- Las cosas que debe haber ahí, la puta madre, pero no tengo tiempo. Me voy.
Salió por la ventana, como un spider man…
Spider-man, Spider-man
Does whatever a spider can
Spins a web, any size
Catches thieves, just like flies
Look out! Here comes the Spider-man!, la música de los 60 y 70…
No era Peter Parker en Nueva York, era Alejandro Fantino en Buenos Aires…
Alejandro llegó al lugar donde estaba Melina Pitra, haciéndose una producción de fotos, no el domicilio que le había pasado a Carlos Bossio, por supuesto. Al llegar, Melina recién terminaba, estaba también su esposo, Fabián Assman, ex arquero de Independiente, ahora de Aldosivi.
- ¡Qué bajo caíste, ahora suplente en Aldosivi! – le dijo Fantino a Assman.
- ¿Qué te pasa pelotudo? – le dijo Assman a Fantino, y casi lo trompea – La gente dice que te vio disfrazado de Terminator, ahora de Spider Man, y te haces el guapo, anda a cagar. Va a venir toda la barra del Puerto de Mar del Plata y te va a hacer mierda pelotudo.
- ¡Tranquilos! ¡Tranquilos! ¡No se peleen! – intervinó Melina Pitra.
- ¡Un asesino quiere asesinarte! ¡Un Quesón, quiere acuchillarte y tirarte un Queso, Melina! ¡El Quesón es Carlos Bossio!
- ¡Ay, no! – gimió Melina - ¡Que me quesonee Carlos Delfino mejor!
- Vos estas loco – dijo Fabián Assman - ¿Carlos Bossio? ¿Chiquito Bossio? ¡Un ejemplo para todos los arqueros! ¡Vos lo que queres es aprovecharte de Melina!
Ahora sí Fabián no pudo contenerse y le dio una piña a Alejandro.
- ¡No, Fabián, no! ¡No le pegues a Alejandro! – dijo Melina.
Alejandro cayó al piso ante la piña de Fabián, pero reaccionó y le devolvió el golpe, se armó una brutal golpiza entre ambos.
- ¡Se pelean por mí! – dijo Melina.
Alejandro le aplicó a Fabián un derechazo que lo dejó inconsciente. El ex arquero de Independiente quedó tendido en el piso. Melina le dijo entonces a Alejandro:
- Aprovechemos que quedo inconsciente y cojamos Alejandro.
- ¿Me estas hablando en serio, Melina? – preguntó Fantino.
- Por supuesto.
Fantino se tiró encima de Melina y la penetró por la vagina, tuvieron sexo en forma intensa y apasionada, aunque un sexo express, Fabián no tardó en recobrar la conciencia.
- Debí ser Quesón – dijo Alejandro Fantino – mis viejos debieron ponerme Carlos como nombre, no Alejandro, que error.
- Qué gran amante que sos – dijo Melina – y pensar que decían que eras puto.
Assman retomó totalmente el conocimiento y dijo:
- ¿Y si hacemos un Menage a Trois?
Mientras todo esto ocurría, Carlos Bossio, guiado por la pista falsa que le envío Alejandro Fantino llegó a la Avenida de los Simios n° 745, y se encontró que en el lugar había una producción de modelajes, pero no estaba Melina Pitra.
- Maldita sea – pensó Carlos – me mandaron mal el dato. Fue una trampa. No importa. Soy un Quesón, y me comportaré como tal.
Al estilo de un asesino serial de un slasher o un giallo, Carlos Bossio agarró fuertemente el cuchillo con sus manos y entró al lugar, había cinco chicas, el fotógrafo, un gay llamado Fabricio, se metió justo en el baño.
Carlos entró y dijo:
- Soy Carlos Bossio, el Quesón. Las voy a asesinar a todas. A las cinco.
De la valija que llevaba, Carlos sacó cinco Quesos y los tiró sobre la cabeza de cada una de las chicas. Las mujeres gritaron de terror, Carlos se sacó las zapatillas, las medias, y las fulminó con sus pies Quesones, el olor a Queso era apestante, intenso, asfixiante, sofocante, una a una fueron cayendo al piso, Carlos las fue apuñalando, de todos lados, en el pecho, en la espalda, en el cuello, en el estomago, le clavaba el cuchillo a una, despues a otra, usó cinco cuchillos, uno por cada mina, un auténtico baño de sangre, todas quedaron ahí muertas, ensangrentadas, en el piso, lleno de sangre. La sangre se desparramaba por todas las paredes.
- Queso, Queso, Queso, Queso, Queso – decía Carlos Bossio mientras tiraba un Queso a cada una de las minas que acuchilló.
Fabricio, el fotógrafo gay, salió del baño, al ver lo que vio gritó de terror, y al contemplar a Carlos Bossio, el asesino, se arrodilló e imploró:
- ¡No me mates a mí, Quesón! ¡Soy gay, me llamo Fabricio!
- Tranquilo, los Quesones no asesinamos hombres, ni gays como vos, tranquilo.
- Menos mal, señor Quesón – dijo Fabricio.
- Haceme un favor pibe – le dijo Carlos - ¿Sabes donde esta Melina Pitra? ¡Me dijeron que estaba aca, pero bueno, aca no estaba.
- ¿La vas a asesinar? – le preguntó Fabricio - ¡Por favor, señor Quesón, no la asesines!
- Vos decime donde esta – le dijo Carlos Bossio en forma un tanto amenazadora, era un Quesón, no asesinaba hombres es verdad, pero aún un hombre sentiría temor de ver a un tipo con un cuchillo ensangrentado en las manos, que acababa de asesinar a cinco mujeres, y de tirarles un Queso a cada una de ellas.
- Se va a enojar Fabián Assman.
- ¿El arquero de Independiente?
- Es el esposo.
- No sabía nada. Qué dato interesante.
- No la mates, por favor, no la mates.
- Decime donde esta.
- Iba a ser unas fotos a la Avenida de los Leones n° 802.
- Gracias Fabricio.
Carlos Bossio se fue del lugar y se dirigió rápidamente a la Avenida de los Leones, efectivamente el dato que le paso el fotógrafo era preciso, ahí estaban Melina Pitra, Alejandro Fantino y Fabián Assman, que acababan de terminar el Menage a Trois.
- ¡No! – dijo Fantino - ¡Vos aca, Carlos! ¡Te venceré!
- No vencerás a nadie – le dijo Carlos Bossio a Alejandro.
El ex arquero de Lanús se sacó los zapatos, las medias y quedó descalzo. Con un rápido movimiento, puso su pie Quesón encima del rostro de Alejandro, y lo tumbo por partida doble, por el golpe que le propinó y el olor a Queso que tenía.
- Como cuando le dí una patada voladora a Castaño.
Fantino quedó inconsciente, pero ahora Bossio se la tuvo que ver con Fabián Assman.
- ¿Así que venís a asesinar a Melina?
- ¿Quién te dijo eso?
- Ya verás Carlos Bossio, le habrás hecho un gol a Racing, y yo soy de Independiente, serás un Quesón, pero yo soy el gran Fabián Assman.
Bossio ni se inmutó, aplicó la misma patada voladora que a Fantino, y ahora el que quedó tumbado fue Assman. Con el olor a Queso de los pies lo terminó de fulminar.
- Ya no hay obstáculos, voy por Melina Pitra – dijo Carlos Bossio.
Entró al decorado donde Melina había hecho unas fotas, ahí estaba Melina, acostada, le dijo a Carlos Bossio:
- Te estaba esperando.
Melina estaba con el arma de Terminator, la misma que había usado Alejandro Fantino cuando fue a buscar a Bossio a su departamento. Melina disparó contra Carlos Bossio… pero este usó el Queso como escudo, y repelió el ataque. Melina volvió a disparar, pero otra vez Bossio se defendió con el Queso, un tercer disparo no le salió a Melina…
- Fantino te dejó pocas balas, nena – dijo Carlos Bossio.
Carlos ahora le tiró un Queso, que golpeó en la cabeza a Melina, la dejó inconsciente, la ató entonces de pies y manos a la cama. Aprovechó el tiempo, y también ató a Fantino y Assman. El Quesón sintió que otra vez era dueño de la situación, aunque nunca, nunca, en su extensa carrera como Quesón había pasado tantos contratiempos.
- ¿Me estaré poniendo viejo? – pensó Carlos - ¡No, todavía tengo mucha energía! ¡Esto es culpa del forro de Alejandro Fantino! ¡Bueno, a quesonear se ha dicho!
Melina Pitra retomó la conciencia pero se encontró sobre su rostro con los enormes pies de Carlos Bossio, repletos de un olor a Queso asfixiante, penetrante, intenso, sofocante. La mujer no pudo resistirse a los pies del Quesón, que la sometió sin dificultades. Extasiada, como si hubiera recibido un elixir, Pitra ahora decía:
- ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso!
- Aca tenes Queso, Melina.
Carlos entonces le chupó las tetas, y Melina la pija; despues Carlos la acarició por todo el cuerpo, y tras chuparle el culo, la penetró, por todos lados, con los pies y la pija, como corresponde a un buen Quesón.
Melina no paraba de repetir:
- ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso!
- Aca tenes Queso, Melina.
Pero esta vez “el Queso” al que se refería el Quesón fue la primera cuchillada. El asesino se la asestó en la teta derecha, profundamente, despues una segunda cuchillada en la teta izquierda, despues una tercera y profunda puñalada en el estomago, a partir de ahí ya no pudo parar. Cuchillazos, puñaladas, cuchilladas, en todos lados, una tras otra, sin parar, fueron como ciento siete o ciento ocho.
Al terminar, Carlos agarró el Queso y lo tiró sobre Melina Pitra, diciendo en voz alta:
- Queso.
El asesino dio por terminada su tarea, en un día muy intenso, había asesinado a seis mujeres, rompiendo su propio record, que era de cinco, pero todavía lejos de la docena de minas que tenía asesinadas Carlos Delfino en una misma noche.
- No competiré con Carlos Delfino. Los dos somos grandes Quesones, y seguiremos dándole al Mundo Quesón excelentes asesinatos. Que el siga quesoneando como hasta ahora y yo lo mismo. Lo mismo para Carlos Ignacio Fernández Lobbe y Carlos Matías Sandes, los demás Quesones están muy lejos de nosotros – pensó Carlos Bossio.
Al dejar la escena del crimen, vio atados a Alejandro Fantino y a Fabián Assman, que ya conscientes, no podían desatarse.
- Con vos Fabián todo bien, la corporación de arqueros va a arreglar esto – le dijo Bossio – pero con vos Alejandro, todo mal, ya vas a ver, no desafíes nunca el poder de los Quesones.
Bossio se acercó a Fantino y levantó el cuchillo. Alejandro creyó que iba a asesinarlo.
- ¡Oh no! ¡Seré el primer hombre asesinado por un Quesón! ¡Qué humillación!
Carlos Bossio lanzó la puñalada pero golpeó a la pared. Un susto, una advertencia para Alejandro Fantino.
- Queso - dijo Carlos Bossio.
Bossio se fue del lugar, pero rato despues, llegó al lugar, una exuberante rubia, bella, joven, muy bien vestida, no desató a Fantino ni a Assman, les dijo:
- Soy Lady Dumitrescu. Esta vez estoy llena de energía, bien radiante, tengo cuerda para rato, pero la sangre de Melina me la llevaré como reserva, ja, ja. Hoy estamos de vacas gordas, pero siempre hay tiempos de vacas flacas.
Rato despues, cuando Lady Dumitrescu ya se había ido, apareció el Comisario Miguel con la brigada policial.
- Desaten a Alejandro Fantino y a Fabián Assman – ordenó el Comisario.
- Otra mina quesoneada, Comisario – le dijo el Oficial O’ Hara.
Mientras no me la toquen a Hilda, por mí..
- ¿Tanto lío por la cantante de Man Ray?
- Me dedicó una canción.
- ¿No es en contra?
- No importa, me la dedicó. Además todo lo que dice es la verdad absoluta. No mintió para nada. ¿A ustedes le dedicaron una canción?
- No – dijo el Oficial O’Hara.
- A mi sí – dijo otro oficial, el Oficial Ruíz – soy Natalio Ruíz, el hombrecito del sombrerito gris.
- ¡Ohhhhhhhhhh! – exclamó el Comisario Miguel.
- ¡Ustedes están locos! ¡Policías corruptos! ¡Ojala volviesen los policías honestos como el Comisario Meneses o el Comisario Pirker! – gritó de furia Alejandro Fantino.
- Llevense a Fantino al Hospicio. Hoy lo vieron disfrazado de Terminator y de Spider Man – dijo el Comisario Miguel – de “Animales Sueltos” a “Locos sueltos”.
A Fantino le pusieron un chaleco de fuerza y se lo llevaron.
- ¿A mí también me van a acusar de loco? ¡Quesonearon a mi esposa! ¡Y me tengo que quedar en el molde! – gritó Fabián Assman.
- Otro que debe ir al Hospicio – dijo el Comisario Miguel.
Y se lo llevaron.
Por la noche, Carlos Bossio estaba comiendo un Queso, descansando de una jornada tan intensa. “Animales Sueltos” lo iba a conducir el gran politólogo Jorge Asís. Bossio disfrutaba del Queso, del Gruyere, del Emmenthal, cuando recibió un llamado por su celular. Era Carlos Regazzoni, guía y mentor de los Quesones, una especie de “gurú”.
- Todo bien Carlos. El Orden Quesón se restableció, pero hoy corrió serio riesgo de verse alterado por culpa de Fantino.
- Yo no tengo la culpa, al contrario – se defendió Bossio – pude deshacerme dos veces de Fantino, con mi pie Quesón también vencí a Assman, pude quesonear a la mina que tenía que quesonear y de yapa, asesiné a cinco minas más que no tenía planeado, fue uno de mis mejores días como Quesón.
- Es verdad, festejaste con todo tus veinticinco años como Quesón. Deberías ser ahora una especie de “Super Quesón”.
- Soy Quesón y punto. Orgulloso de ser Quesón – dijo Carlos Bossio.
- Perfecto. Ravelia se encargará de Alejandro Fantino, aunque habrá que hacer algunos clones, en cuanto a Fabián Assman, que Carla Conte se encargue de el.
- Perfecto. #Queso.
- #Queso.
Y el orden Quesón, una vez, prevaleció. |