Giro las hojas en busca de algo más. Pero solo una frase mancha la pureza del papel:
"¿Quién eres tú?"
Miro el reloj que preside la estancia.
Queda una hora.
Frunzo los labios con una mueca de disgusto y pienso. ¿Quién soy yo?
Pienso en lo más básico. En lo evidente. Pero ni mi edad ni mi físico es lo que me define. O al menos lo pienso así.
El bolígrafo rasga el papel con suavidad mientras escribo:
Yo soy la luz que a la vez se torna en oscuridad.
Yo soy la paciencia que a veces se agota.
Yo soy esa risa que puede acabar en llanto.
Yo soy la bondad limitada.
Yo soy el silencio que a veces se corta.
Yo soy la paz que no siempre es mantenida.
Yo soy la tranquilidad de la luna y el fuego del sol.
Yo…
Me tomo unos minutos antes de escribir una última frase:
Yo lo soy todo y a la vez no soy nada.
Texto agregado el 21-04-2019, y leído por 96
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Lectores Opinan
21-04-2019
Lo verdaderamente trágico es que, aun en el supuesto de que lograras responder los cuestionamientos y decodificar los porqués, la realidad de tu vida –de mi vida- seguiría igual, pues se trata de hechos pasados en los que –como el hecho de haber nacido- no se nos pidió opinión ni permiso. -ZEPOL
21-04-2019
en mi nik encuentro la respuesta y aún asi, lo dudo yosoyasi
21-04-2019
Interesante prehunta, Sandra. Saber quién o que somos no es nada fácil. Conocerse a sí mismo es una tarea cuesta arriba que nos lleva a tu conclusión: somos todo y nada a la vez. Saludos. maparo55
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