La nube se bebía el néctar de tus ojos
mientras tu sonreías,
el viento al pasar descubrió ese hurto,
se detuvo al instante,
quería detener tus cristales de vida.
El cielo encapotado disolvió su sabana
un destello azulino,
surgió de sus entrañas a salvar tus pestañas
que el viento se llevaba.
Dos fuerzas naturales encontradas
en tu dulce sonrisa de plata,
en tus ojos tan bello amenazados
por el tiempo encubierto...
Alessandrini María del Rosario
Texto agregado el 19-04-2019, y leído por 179
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Lectores Opinan
01-05-2019
De una exquisitez sin parangón. Bechines fulles. SOFIAMA