Mientras la selva tucumana se plagaba de ataúdes de colores,
manijas de hilo,
dicen haberlo visto a Hendrix ayudando en los entierros,
también, más tarde, en las noches de esos días,
tocando la criolla que Santucho le prestaba;
entonces,
acordes de Dios,
ataúdes de colores.
Texto agregado el 19-04-2019, y leído por 93
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Lectores Opinan
19-04-2019
me imagine lo que escribiste y es lindo cassandra_de_troya
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