-¿Escuchaste, Lou, escuchaste? Vino de abajo.
Abajo se escuchaba la conmoción de una fuerte trifulca: gritos, portazos, cristales rotos. Enseguida sonaron varios disparos, los disparos habían despertado a Gloria.
-Son los Smith. Siempre pelean -dijo Lou, bostezando.
-¿A balazos? -dijo Gloria, irguiendo medio cuerpo de la cama.
-No. Pero parece ser que ahora sí -dijo Lou, atento al percance-. ¿Qué pasaría?
En ese momento sonaron dos disparos más, seguido de voces, gritos y una batahola de destrozos. Gloria gritó asustada. Un estruendo y desgarradoras súplicas habían precedido a los disparos.
-¡Santo Dios!, –dijo Lou saltando de la cama--. ¡Eso fue arriba, con los Pikenton! ¡No es una pelea, Gloria! ¡Los están matando! ¡Vienen subiendo!
Aterrada Gloria encendió la lámpara: estaba lívida. Quería decir algo pero no pudo. Lou se puso los pantalones.
-¡Es una ejecución, Gloria! ¡Buscan a alguien! ¡Están buscando a alguien!
Gloria tomó el celular.
-¡Deja eso!, -dijo Lou- sacando apurado varias armas de un cajón. Arrojó una a Gloria.
-¡Cárgala! –dijo.
-¿A quién mataste, Lou? ¿A quién? --dijo Gloria, cargando el arma y cortando cartucho.
Lou la miró.
-Un picudo, seguramente.
Inmediatamente se oyó un estruendo, luego voces, pisadas, abrir y cerrar de puertas.
Gloria se pegó a Lou.
Burlón, iluminando la parte baja de la puerta:
-¡Looooooouuu!--gritó alguien.
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