Una ráfaga de viento
invita a jugar un juego mudo,
a lanzarse a rienda suelta,
sin ninguna habilidad,
en la desherencia del desnudo,
en el refugio de la lujuria
o en la rosa verde de una higuera.
La libertad del viento
transporta los espíritus a un escenario
que permite actos de erotismo
con la frescura de las nubes.
Su absoluta transparencia invade
los espíritus curiosos,
los envuelve en dobleces imprudentes,
pero tentadores y sutiles,
que consumen en una movilidad vibrante
toda infantil fidelidad.
El viento es un valle abierto
donde reina el deseo del porvenir
y crece el sentimiento gozoso
que permite encontrar un resto de felicidad.
Texto agregado el 15-04-2019, y leído por 102
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Lectores Opinan
15-04-2019
—Y es esa libertad del viento la que contagia al poeta que en versos libres va dibujando la vida. Saludos y un abrazo. vicenterreramarquez
15-04-2019
Me encanta el viento suave cuando nos revitaliza. Precioso. Besos. Magda gmmagdalena