Si mal no recuerdo el periodo comprendido entre 1994 y 1998, fue un periodo funesto para el país. Hoy, cinco años después, lo único que recuerdo es 8.000.
El pasado 26 de octubre, en un hecho sin precedentes para la democracia de nuestro país, la izquierda representada por Luis Eduardo Garzón, salió electa para ocupar el segundo cargo más importante en Colombia.
Hablo del 94 y 98 puesto que, el nuevo alcalde electo es uno de los consentidos y apoyados por tan “honorable” político: Ernesto Samper. Pero mi objetivo no es hablar y hablar sobre el pasado, y llorar con lagrimas de sangre por el no triunfo de Juan Lozano, lo anterior es una simple reflexión, a modo de pregunta para los Bogotanos, y así sepan que puede pasar con nuestro nuevo dirigente.
Si bien es cierto que mis pensamientos siempre se han caracterizado por ser de derecha, hoy, después del triunfo de Garzón que se puede considerar como una derrota para personas con preferencias políticas como las mías, veo mas este triunfo como un duro golpe a los izquierdosos guerrilleros, y como un éxito para la democracia del país. Pues, la gente se pronuncio, y sin ningún tipo de presión salió a flote su voluntad.
Recordando un poco la funesta historia de guerra del país, llevamos 40 o mas años en la misma, donde los protagonistas han sido grupos con diferencias políticas e ideas de izquierda, que por medio de la fuerza han fracasado en el intento de llegar a ser dirigentes en cargos tan importantes, como la alcaldía de Bogotá. Hago referencia a esto, pues me parece que la elección de Luis Eduardo, que con una serie de ideas de izquierda, que lleva consolidando durante unos 20 años, pero sin los métodos utilizados por la guerrilla( bombas, atentados, violencia) en unos tres meses de campaña se consolido en el poder, sin muertos, fuerza, solo con pensamientos que aunque no estoy de acuerdo con ellos, hay que darle al muchacho méritos por el logro obtenido.
¿ Que puede estar pensando las FARC de esto?
A ciencia cierta no lo se, pero que es un golpe bajo, lo es. Si bien sabemos de antemano que la afinidad de la sociedad Colombiana por ellos es casi nula, que podemos pensar ahora, o que pueden pensar el país ahora, que una persona con ideas “revolucionarias” sube al poder sin utilizar la fuerza.
Todo esto son especulaciones, pues en realidad en mi forma de ver las cosas, no se como seria un mandato de esta clase, o lo que es peor no sé si la sociedad de Bogotá esta preparada para asumir este reto.
Yo, en mi rol de humilde espectador, espero que por medio de acciones y argumentos que muestren hechos concretos, pueda en un tiempo escribir retractándome de mi no simpatía por Garzón, pues como bien sabemos, todos nos equivocamos, y todos tenemos derecho a replantear nuestro pensamiento.
Por el momento seguiré con mis mismas ideas de derecha, y seguiré observado detenidamente este proceso, bien sea para recalcar las cosa buenas, como también para criticar las malas.
Después de este precedente, para mi histórico, solo me queda aplicar una frase que es: “no llorar sobre la leche derramada” y lo contrarresto con una frase mía que dice: es mejor mirar como puedo limpiar el reguero.
Al final de todo esto, solo me restar desear suerte al nuevo alcalde electo de Bogotá.
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