He decidido abrazar tres consignas,
fraternas causas al uso,
sabia combinación:
Dios, amor y familia
y por redes cautivantes y emotivas
hermanarme con un mundo falaz,
vacuo, eficaz y solidario,
amarrar mi rebelde imaginación
a un mundo de ecos sin voz,
de dictados fútiles, etéreos
que no piden otra respuesta
que un dedo gentil y alzado.
He optado por elevar mi pathos
a un grado superior, sublime,
atractivo y resolutivo;
precisa y práctica conexión
en estos lindos días que corren.
Ahora en comunión con el mundo,
reparto luz, alimento mis consignas,
pero ese brillo inusual, fulgurante
me ciega y ya no me reconozco,
he dejado atrás mi voz.
Mas, si un día me parase a pensar,
sí he de decidir relapso
entre la afligida soledad del exégeta
0 una razón objetiva, práctica
que me separa de mí mismo,
optaré por abandonar el nimio credo
que traslucen mis nuevas consignas.
Si me parase a pensar…
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