Pasa el tiempo
Recuerdo mis rodillas enrojecidas por el vaivén de mis alegrías,
Tus besos matutinos,
La dicha de encontrarme en tu regazo mientras soñaba travesuras,
Hoy recuerdo,
Acompañada de un sutil aliento fresco,
Una marejada de cálidos besos,
Y una caja repleta de dudas.
Cargo mis experiencias dolorosas,
Las guardo del ave nocturna,
Observo mis manos,
Soy una ave con amplias extensiones de sabia materna,
Huraña a tu mirada,
Atenta a tu buenaventura,
Fría,
Ausente,
Me escondo en el caparazón que me regalo tu ausencia,
Domino con habilidad la espada,
Me he convertido en lo que soñé,
Con mi talante construí mi casa,
y luzco vibrante mi collar de perlas,
Ato mis sandalias,
Y sigo mi camino,
Tal vez del otro lado, me encuentre contigo.
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