Muero cuando me estrechas entre tus brazos, ardo mientras pronuncias mi nombre de forma indecente, suplico al cielo que no te aparte de mi. Para volverme loco sólo basta que respires muy cerca de mi oreja, tus manos en mi pecho y el mundo desaparece.
Texto agregado el 29-03-2019, y leído por 141 visitantes. (6 votos)