Cuando hicimos la entrevista con Sheisan en Conociendonos, le comenté que en la madrugada partía a Montevideo, me dijo que es una ciudad que le encanta y que por favor llevara un suspiro suyo y lo libere allí. Para tí Sheis.
MONTEVIDEO
Bordaba la luna llena su alfombra plata
en el agua-río que eriza tu piel desnuda
mujer bonita Montevideo,
por ser fiel a mi palabra y dar cause a tu pedido
llevé mi paso a Pocitos
y andando el parque
de Villa Biarritz
sobre una roca abnegada que a ser de grama
no ha consentido
dejé libre a aquel suspiro que de tu boca
brotó al saber
que esa noche partiría hacia la ciudad del amanecer,
me miró y alzando el vuelo con la gracia
de tus labios,
se despojó de sus velos y los arrojó a mis pies.
Desde entonces lo he encontrado
en cada sitio que recorría,
omnipresente y etérea su sonrisa que es la tuya
a mi lado percibí.
Lo hallé oteando desde el cerro, aquel de la Fortaleza,
con los primeros albores cuando el cemento
se despereza.
Lo crucé en la Ciudad Vieja, por la calle Sarandí,
mientras bebía una cerveza
elevé por él mi copa
y él también lo hizo por mí.
Lo ví en los barrios profundos,
los de paredes que asienta el barro
curioseando las cancelas
para oir los ecos de antiguos besos
que en los saguanes custodia el tiempo
y mirar con ojos húmedos
entre balaustres, malvón florido,
los barandales con rejas
que algún herrero, ya del olvido,
forjó a martillo en su fragua
al ritmo de los timbales
de ese candombe mulato que habitó su corazón.
Allá en el Parque Rodó donde el castillo refleja
sobre las aguas del lago,
lo observé bajo la sombra
de un palmar enamorado
conversando entretenido
con vagabundos suspiros que el amor dejó escapar.
A la noche del regreso
le iba debiendo mi último trago,
el Bar Tabaré ya sabe que a su llamado
jamás me niego
y allí en la Punta Carretas
lo encontré admirando el faro,
me vió, se sentó a mi lado, la misma copa los dos bebimos,
después me dijo:
"Me quedo, dile a mi dueña que tanto quiero
que pronto venga a mi encuentro
y cumpla el sueño
de su deseo".
Quizás me engaño el alcohol pero
Sheisan te lo juro, suspiraba tu suspiro
prendado de los misterios
que encontró en Montevideo.
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