Pinceladas de tinta



Las circunstancias de la psiquis


Las circunstancias a veces nos llevan por caminos floridos que los transformamos en alegría, en jardines imaginarios y si somos poetas los hacemos versos de gozo, de amor e incluso de desamor, pero cuando esos caminos nos conducen por los laberintos escondidos del alma, del espíritu, la psiquis o de esa parte impalpable e invisible que nadie conoce y que cada uno de aquellos que han investigado y creen saber un poco más le dan distintos nombres y muchas veces sólo para perpetuarse en la historia de la medicina; ahí recién nos damos cuenta de lo escabroso e intricados que son, y permanecen escondidos entre los vericuetos de los lóbulos cerebrales, camuflándose con las neuronas y generando alteraciones que producen el corte, interrupción o rompimiento parcial de un circuito (camino) establecido y que altera aquello que hemos denominado normalidad.

Cortocircuitos circunstanciales que abren infinidad de senderos mentales por donde van a transitar además de impulsos eléctricos desbordados, un ejército de sicólogos y siquiatras que buscaran, además de componer los caminos dañados, lograr ellos mismos los medios económicos para transitar por los más exclusivos, renombrados y por lo tanto caros, caminos de vacaciones terrenales que les brinden solaz y diversión mientras sus pacientes se pierden en nebulosas y complican con fármacos.




Incluido en el libro: Pinceladas, inquietudes, divagaciones y otros.
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