En está encantadora mañana recolectando unos limones.

Doce pimpollos de rosa esperaban por mi.

El rosal sabe como consentirme, me mima con su perfume.

Con la tijera fui cortando las rosas coquetas.

Ellas saben que me cautivan con sus tallos estilizados.

Doce capullos adornan mi mesa de cristal su esencia exquisita me fascina.

No hay regalo que me pueda satisfacer más colmando mi espíritu de felicidad.

Doce rosas que acarician mi alma tan sensible en estos momentos decisivos.

Doce obsequios que me regala mi jardín.

Me despide entre pétalos embellecidos por las hojas verdes sanas.

“Rosal que te has pasado los años”

homenajearme con tus bellas flores.

Rosal sabes de mi cariño, de mi respeto, de cuanto te valoro.

Todas y cada una de mis plantas saben que son una parte de mi.

Verlas sanas, verlas llenas de flores me hacen sentir bien.

¡Doce pimpollos ni uno más!

CAL.COR