Comencé a olvidar tu nombre de mujer desde hace tiempo.
Era un nombre simple, básico; casi inolvidable.

letra por letra se me fue desdibujando.


Como si te llamaras Viento, Sol o Atardecer.
Punto cardinal o Gota de Agua.


Olvidarte fue una ardua tarea
comencé por borrar tu nombre en mis libretas,
lo eliminé de dos o tres intentos de poema
que perpetuaban tu memoria
y amenazaban con traerte de vuelta.


Y creo que al fin lo he conseguido:
hoy por la tarde
alguien gritó tu nombre en plena calle
y -eufórico- supe al escucharlo
que asì te llamas y no pude recordarte.

Te quedaste en el pasado.
Tardé cien años en olvidar cada letra, pero al fin
tu nombre lo he olvidado!