| Estábamos platicando en el trabajo, en nuestra hora de los alimentos y en eso el chato, capturista de las facturas, salió con su clásico cuento de que se la pasa de antro en antro, y que si las viejas, así se refiere a las chicas, y que las juergas…etcétera. Yo de plano trataba de redirigir la charla por otros temas, sobre todo por la presencia de Conchita y de Susy y la pena con la seño Carmelita. Los demás ni en cuenta, aunque bien saben que a mí no me gusta andar en esos asuntos. Pero además eso como que me da un respeto delante de ellos.
 
 -¡Grandes valores morales! Dicen de mí, Susy, Conchita y las otras chicas.
 
 Luego, el chato salió con que hay una página en Internet en la que, salen en cueros, artistas como Salma y la Vero y Kate y Lucero y Fey.
 
 ¿Y Fey? Exclamó la seño Carmelita.
 
 De vuelta a casa y duro y dale con la búsqueda por Internet, horas y horas hasta que ya de plano, como a las dos de la madrugada le mandé un mensaje al chato.
 
 -wey ¿Cómo se llama la página?
 
 -qué página. Respondió el chato.
 
 -en la que sale Fey en cueros. Escribí.
 
 -era puro cuento, wey, no ves que me quiero ligar a Conchita. Era para dármelas de muy inquieto ¿A poco la has estado buscando? Escribió el chato.
 
 -Cómo crees wey. Era para hacerte plática.
 
 ¿A las dos de la mañana? Dijo el chato.
 
 Al día siguiente de nuevo en el tiempo de comida y todos reunidos.
 
 ¿Qué creen que me pasó hoy, como a las dos de la madrugada? Dijo el chato.
 
 Deplanamente cerré los ojos y me inventé un infarto, con todo y desvanecimiento incluido.
 
 ©2019 by Oscar Mtz. Molina
 
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