La indiscreta fiebre a invadido mi cuerpo.

La atrevida se inmiscuyo en mi sin consultarme.

La ignore dejando pasar los días no queriendo darle importancia.

Muchas noches me desperté hablando sola.

Me atacaban sueños disparatados que además de sed me confundían.

Desayuno en compañía la charla aterrizo en arenas movedizas.

Las tareas rutinarias me tenían muy ocupada.

Los chuchos de frió me hacían temblar sin control.

Esa fue la alarma que me hizo comprender que había algo urgente.

“Algo urgente que resolver”

Me aliste con dificultad pero con la conciencia justa para no perderme,

entre el intenso calor y los temblores que me hacían tiritar,

mareada encontré las suficientes fuerzas para rescatarme de está confusión.

Delirio malvado me has rescatado,

¡unos segundos antes de perder el control!

CAL.COR