Remolinos de hojas deambulan desorientadas por el jardín. Las higueras lucen desnudas mostrando sus ramas sin pudor. Los higos aunque pequeños se abrazan con tesón. Las calandrias y las cotorras esté verano se han pegado flor de atracón. La moto sierra no les tubo consideración podándolas a la garzo. Salieron kilos de higos pero solo sirvieron para la aves quienes los degustaron. Creo que esté ha sido mi ultimo verano en mi pequeño paraíso. Dejo las plantas, los árboles como recordatorio de mi paso por mi rincón. Se avecinan grandes cambios para nosotras dos. A Brisa se le terminaron sus carreras por el parque atrás de los gorriones. Ahora deberá aprender a caminar con la correa mientras miramos vidrieras. Cuando añoremos el pasto caminaremos una cuadra hasta la plaza. “seremos dos damas de ciudad” ¡aunque cueste nos debemos acostumbrar! CAL.COR
Texto agregado el 10-03-2019, y leído por 155 visitantes. (10 votos)