Es el más maravilloso de los puentes rotos que conocí en la vida ¡Divina mujer tan peligrosa!
La abrazo, beso, cierro los ojos y la palpo de abajo la cintura ¡Excitante! Corre el río que convulciona y explota cuando me sumerjo! Y luego me vomita, reprime, corta y rompe para volver a empezar de nuevo.
¡Es indomable la muy puta! ¡La muy mía!
Meto mis huesos por entre sus costillas para tocar su alma y ella se agita, vuelve a mojar los labios y susurra lo mucho que me ama ¡Cuánto daría por pasar del otro lado y escribirle! ¡Contar cada gota de deseo! ¡Derramarme en sus pechos y sus nalgas! Pero ya sé mi pequeña graciosa... te escapas.

RH

Contestando a la inquietud de Gsap.
En realidad no. Intenta ser un texto surrealista y la mujer no sé quién es. El hombre menos.
Te saludo y gracias por leer.