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Mi vida sin tu amor parte 12
A la semana siguiente las enfermeras ya sabían la historia de amor entre esos dos viejitos. Todas estaban encantadas con ellos. Mientras Jairo dormía, Gilberto leyó todas las cartas que le escribió Jairo que nunca le envió. También vio una caja con dos anillos de matrimonio.
-¿cómo te sientes? – le preguntaba Gilberto.
-contigo me siento bien.
-leí tus cartas. ¿todo eso sientes por mí?
-eso y más – dijo levantando las cejas y con dificultad para respirar.
-¿y estos anillos?
-te lo iba a dar para que nos casáramos pero se atravesó esta enfermera.
-¿te quieres casar? – Gilberto pensaba que la vida les estaba dando otra oportunidad.
-ya estamos viejos.
-nada de eso. Nos vamos a casar – le insistió el ya viejo de Gilberto.
Gilberto fue a la oficina de Fernanda para decirle de sus planes
-nos queremos casar
-¿de verdad? – Le preguntó muy emocionada Fernanda – es cuestión de traer al juez
-no me estas entendiendo. Nos vamos a casar por la iglesia
-¿como? Pero no se puede.
-se tiene que poder, Jairo pronto morirá. Es su última voluntad.
-lo sé. Voy a hablarlo con el sacerdote que viene a dar la bendición a los pacientes.
-se lo voy a agradecer.
Gilberto puso en aprietos a Fernanda, quien se dirigió a ver a Alex su amigo.
Alex en un joven de 35 años que su madre lo obligó a ser sacerdote. Nunca lo dejó elegir entre una carrera u otra, pero dentro de su ignorancia y amor a su madre decía que había sido su elección. En la secundaria se enamoró de una adolescente de primero, ella era muy bonita, se animó a hablarle, hasta que un día le enseñó los pechos, fue una experiencia un poco bochornosa pero no sintió nada hasta que vio a su primo Rafael desnudo masturbándose en el baño. Desde entonces pensaba en hombres todas las noches.
-padre, lo buscan en su oficina –justamente se encontraba rezando.
-doctora ¿algún paciente?
-no, bueno sí. Vengo a pedirte un favor ¿podemos hablar afuera?
-claro. – se dirigieron al jardín
-sabes que no vengo a misa
-lo sé. Veo que es importante, me hablas de tu. ¿Qué pasa?
-llegó un paciente, que tiene más de 30 años de no ver a su pareja y se quieren casar
-está bien – no se negaba a nada… hasta el momento
-son dos hombres.
-no me pidas eso. Sabes lo que piensa la iglesia de ellos – le respondió Alex
-¿cómo tú? Estas aquí para evadir tu realidad. Ve a darles la bendición, ve como hombre no como sacerdote. Se está muriendo y lo único que quieren es que les des una bendición.
-lo que me pides es muy complicado, no te prometo nada.
Continuara…
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Texto agregado el 04-03-2019, y leído por 84
visitantes. (1 voto)
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Lectores Opinan |
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04-03-2019 |
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su amor perdura hasta el final yosoyasi |
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04-03-2019 |
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Wow! Todos los temas que traes a colación los has tejido bien. Me gustó. Gemercy |
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