El chico cerró la puerta de su casillero y se dispuso regresar a su casa.
-¡Disculpa! –dijo una voz detrás suyo. Se giró y vio a una linda hermosa sonriéndole que no conocía- ¡Hola!
-Hola –dijo un poco desconfiado-, ¿se te ofrece algo?
-Me llamo Ángela –la chica extendió su mano-, ¡es un placer conocerte!
-El placer el mío –respondió estrechándosela-, me llamo Arthur.
Hubo un pequeño lapso en el que solo se miraron. Arthur se estaba poniendo incómodo.
-¡Eres muy lindo! –dijo Ángela de repente.
-Eh, gracias, supongo…
-¿Quieres ser mi novio?
Arthur se sorprendió. No esperaba una declaración. Pensó un momento su respuesta. La chica en verdad era muy hermosa no lo podía negar pero, ¿cómo podría ser novio de alguien que no conocía? La respuesta era más que obvia.
-No, lo siento. No puedo ser tu novio.
-¿Me estás rechazando? –preguntó Ángela con rostro triste.
-Lo siento…
-¿Me estás rechazando?
-En verdad lo siento, pero no puedo ser el novio de una chica que apenas acabo de conocer.
-Entonces si no eres mío… ¡no serás de nadie!
Ángela sujetó a Arthur del cuello, lo contraminó a la pared y empezó a estrangularlo.
-¿P-ero que d-demonios?
Arthur forcejeaba para liberarse pero fue en vano. Luego de un par de minutos estaba muerto.
-¡Nadie rechaza a Ángela! –Exclamó furiosa soltando el cadáver- ¿Me escuchaste? ¡Nadie!

FIN