¡No te puedo creer!
Dijo la angustiada.
Contesto la recién llegada:
-Lo siento, pero es así.
La suspicaz mujer vociferó de nuevo:
-Pero aún veo todas las cosas como eran siempre. Me siento igual que siempre.
La visitante ya fastidiada agregó:
-Si, pero no asumes por ejemplo que ya no puedes andar.
Volvió a contestar la visitada:
-Mi silla de ruedas la tengo siempre aquí, y…
La interlocutora inesperada carraspeó el piso de madera con sus botas negras alejándose un poco. Giró y aseveró:
-Ni tampoco tu familia creerá que estas viva.
Y se alejó cojeando junto a la convocada incrédula.
Texto agregado el 23-02-2019, y leído por 123
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Lectores Opinan
23-02-2019
Malditas leyes de la matriz. Buen relato. Saludos desde Iquique Chile. vejete_rockero-48
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