Estaba aburrida, miré por la ventana, ahí estabas tú, merodeando en los alrededores; el día brillaba,te sonreí desde mi casa y proseguí con mis quehaceres cotidianos. Pasó el tiempo, hacía frío, salí a caminar y te ví, nuevamente merodeando, saludé de lejos, ¿porqué siempre merodeas pero no te acercas?. Los años pasaron y siempre estabas ahí, merodeando, acechando, no se por qué lo haces, no te entiendo. Me he separado y oh sorpresa, en el camino me he encontrado nuevamente a aquel animal; me ha hablado, dice ser un poderoso lobo, yo le observo, dice ser el lider de una manada, yo le observo, habla de muchas cosas, enalteciéndose a sí mismo, pero no comprendo la razón de la armadura que lleva puesta, pareciera estar hecha de prepotencia adornada con soberbia, pero debería de acercarme detenidamente a mirar. Cuando le veía de lejos me agradaba mas, ahora le conozco y solo veo un animalito muy lejano a todo lo que ostenta; percibo en él un gran vacío, soledad, tristeza, anhelo, ¿los lobos son solitarios?. He comenzado a caminar junto a él, hemos recorrido algunos caminos, andado por varios senderos, he comprendido su naturaleza y le he llegado a amar; le he llegado a amar por sus defectos, por su forma de mirar y por su forma instintiva de actuar, después de todo, se guía por instintos, como cualquier animal; me llevó donde su manada, triste realidad, ahí en la cueva con sus pares, pude bien observar, que el lobo aquel que yo amaba, era ciego en realidad;