El amor y otras enfermedades.
El amor más que un sentimiento, es una verdadera patología. El cerebro obra de manera torpe, y fisiologicamente se alteran sus signos. Algunos dicen que brillan los ojos, otros que sienten un tropel de mariposas en su estomago.
Psicologicamente, se alteran las percepciones y el raciocinio. Como los épicos griegos, conocemos de antemano el final de la historia, pero aún asi nos enfrentamos a ella.
El amor es la peor de las demencias, nos provocan ataques esquizofrénicos, viviendo una realidad distinta a la verdadera, arrastrandonos a un mundo de parnoias creadas por la misma estupidez del paciente.
Acaso ¿al final de cuentas todos sufrimos por amor? Porqué hemos de sufrir si concemos ese destino, si sabemos que vivimos una realidad "virtual", creada por la misma patología del amor.
Existen variaiones de esa enfermedad, el más conocido, diría que es el "sindrome del amor come mierda". Un diagnóstico penoso para el paciente.
Dicho sindrome funciona de la siguiente manera:
El parasito amoroso se incuba en los pacientes y en sus mas retorcidos pensamientos. Medievalmente se flagelan mutuamente para al final de cuentas, terminar en una sexual reconciliación. De ese sexo pervertido.
La relación mantinen su equilibrio al mejor estilo de la guerra fría, meras contenciones del uno al otro, pequeñas batallas por espacios inexistentes, que en termino se convierten en monotonas rutinas.
"El amor guevón" padecido al parecer por los más soñadores, tendientes a idealizar a la otra persona, perdiendo el control de su propia realidad.
Los pertenecientes a esta casta, sufren a menudo del desencanto por el amor, sin embargo lo buscan afanosamente, cómo el diabético a su insulina.
Lo peor es que dichos dolientes, conocen su condición, y caminan a su propio abismo. Viviendo una falsa fantasía, de conjeturas que terminan por derrumbarse.
"El amor de costumbre sexual" aunque no se niega el placer de un buen "polvo", a veces el amor se equlibra a punta de fluidos corporales, y sesiones de cama.
"La constancia alcanza lo que la dicha no logra", pues de tanto "tirar" se da en el blanco, y en nueve meses llega un nuevo integrante a su equipo.
Todavia la gente no se desencanta del amor, que es la verdaera droga de las masas, el mayor pretexto comercial, y hasta causante de muchas muertes; una enfermedad crónica, degenrativa pero necesaria, para un mundo que se aferra a ideales inexistentes. |