Marcelo Tinelli comenzó un nuevo programa de #BailandoPorUnSueño esta vez con el formato que había batido todos los records de audiencia: #BailandoPorUnQueso.
- Hoy regresa una vieja conocida nuestra, la gran Valeria Archimó, acompañada de nada más ni nada menos que Caaaaarrrrrrliiiiitoooosssss Teeeeeeeveeeezzzzzz, el Apache, el Jugador del Pueblo.
Otra vez se batieron los records de audiencia con la presencia del astro de Boca Juniors. En el Baile, se dio una danza con un fuerte contenido masoquista, donde Archimó era la dominante y Carlitos hizo las veces de macho sometido, simulando recibir latigazos, y finalmente ella lo asesinaba, y tiraba un Queso sobre su cadáver. A la gente le encantó ver esto. Otra vez Showmatch batía los records del rating.
En el cierre, Tinelli habló con Tevez…
- ¿Y Carlitos disfrutaste mucho la experiencia?
- Y no sé… me mataban en el baile… fue fuerte ja ja ja…
Finalizado el show, Carlos Tevez y Valeria Archimó quedaron a solas en un costado del estudio. Archimó no pudo evitar decirle a Carlitos:
- Qué fuerte esto nena… vos me matabas en el baile…
- Sí, teníamos sexo, vos eras el macho dominado y terminabas siendo asesinado, ja, ja, ¿Sabes una cosa? ¡Siempre quise tener sexo con un futbolista!
- Dale nena… seguro que te cogiste a algún jugador…
- Qué grosero que sos Carlitos.
- Ja, ja, yo juego al furbor, vos lo que queres es que yo te coja.
- Bueno, Carlitos, la verdad que sos grosero, pero así es, creo que es una buena condición para que cojamos, ¿No te parece?
- Y es como hacer un golazo en una cancha importante. Y bueno en el baile me matabas. Cojamos en serio, pero nada de dominadores, solo sexo…
Archimó se abrió de piernas y ahí Carlos empezó a cogerla. La pasaron muy bien, tanto que la bailarina al terminar señaló:
- Con razón te dicen el Jugador del Pueblo, Carlitos.
- Es que soy un Carlitos ja ja ja – señaló Tevez con una risa socorrona.
Terminaron de coger y ahora cada uno seguiría su camino. Archimo la dio la espalda a Tevez mientras preparaba sus cosas. Al darse vuelta, tuvo una mezcla de asombro y terror. Carlitos, con guantes negros en sus manos, con la mano derecha la estaba apuntando con un revolver, mientras sostenía un Queso con la mano izquierda.
- ¿Porqué? – preguntó aterrorizada Archimó.
- Porque me llamo Carlos, ja, ja… en el baile simulabas asesinarme, en la realidad, seré yo quien te asesiné…
- ¡Todo esto es una broma Carlitos!
- ¡Qué va a ser una broma, soy un Quesón!
Carlitos acercó el Queso a la boca del arma y sin mediar palabra alguna, Carlitos disparó todo el cargador del revolver.
- ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
Nadie escuchó los disparos. El Queso actuó como silenciador. Una docena de balas cayeron sobre la bailarina, que recibió impactos en el cráneo, la frente, el cuello, el pecho, las tetas, el estomago, el abdomen, los brazos y las piernas.
Entonces el futbolista agarró el Queso, lo tiró sobre el cadáver de Valeria Archimó y dijo:
- ¡Queso!
Abandonó el lugar con total impunidad. Y aunque muchos testigos habían visto el crimen, a nadie le importó, por el contrario, la muchedumbre comenzó a vivar:
- ¡Caaaarrrliiiitooosss! ¡Caaaarrrliiiitooosss! ¡Caaaarrrliiiitooosss! ¡Caaaarrrliiiitooosss! ¡Caaaarrrliiiitooosss! ¡Caaaarrrliiiitooosss!