Truco y retruco, gritos estentóreos dentro de la pulpería
Una mala jugada, un encono y palabras agraviantes
Salen de la Pulpería, los dos abriéndose en abanico
Con la cara como esculpida en pétreo fierro, y feroz mirada
Bocas con palabras desafiantes, y voces groseras
Sacan de sus cinturas los facones filosos, que refulgen en el sol
Se tantean, las puñaladas vienen y van, sincrónicamente
Luego de amagues arremetidas a fondo, de pronto un ruido siniestro
Y uno de los dos quedo tendido de cara al cielo nuboso
Rictus de dolor por la tremenda cuchillada, hiriente
Mientras la sangre salía a borbotones, de donde se le escapaba la vida
El gaucho triunfante, limpio su daga con el poncho, si prisas ni remordimiento
Monto su alazán, y lentamente al trote, se alejo del lugar, sin prisa
El muerto quedo tendido por un buen rato, hasta que los paisanos lo retiraron
Sobre el piso de tierra y entre yuyos, del duelo criollo, solo quedo una mancha rojiza
Raúl Amador Irusta |